Según Aurelio Manzano, este momento incomodó mucho a la novia teniendo que intervenir Manolo Falcó para intentar rebajar la tensión que había en el ambiente.
El pasado sábado 8 de julio tenía por fin lugar la boda más esperada de este 2023, la de Tamara Falcó e Íñigo Onieva. La pareja llegaba a su gran día tras haber atravesado un último tramo de su camino marcado por importantes baches siendo el más grave la infidelidad del empresario antes de pedirle matrimonio y que causó una ruptura durante varios meses de la que estuvo pendiente toda España. Se daba entonces por hecho que este capítulo formaba ya parte del pasado y que la Marquesa de Griñón había perdonado lo ocurrido y seguía viendo en Onieva el hombre con el que pasar el resto de sus días.Lo que nadie se esperaba era que este escándalo fuese a colarse y a tener su momento de protagonismo en un día tan importante y de tanta felicidad para Tamara Falcó e Íñigo Onieva, pero un pequeño desliz, una falta de organización o un despiste lo puso de nuevo encima de la mesas durante el día de la boda atragantándole la comida a más de uno. Según ha contado Aurelio Manzano en el programa 'Fiesta', todo ocurrió durante la cena y los causantes de este incómodo momento no habrían sido otros que los amigos del novio.
"Todo el mundo está cenando y de repente se levanta una persona que nadie conoce, un amigo de Íñigo, que coge el micrófono y empieza a hablar. Empieza a resaltar las virtudes de Íñigo diciendo 'mi amigo es maravilloso', 'nos os creáis lo que habéis visto', 'mi amigo quiere mucho a Tamara'", explicaba el periodista. Esto incomodó mucho a todos los allí presentes, pero especialmente a Tamara Falcó que no podía hacer otra cosa que agachar la cabeza.
Íñigo Onieva: "Sé lo que pensáis de mí"
Para su desgracia esto no terminó aquí y tras este primer amigo hicieron lo mismo otros dos: "Después de este amigo se levanta otro, coge el micrófono y va con la misma. Y se levanta un tercero con una carta que le quería leer al novio y que no veía muy bien y fue un momento surrealista que nadie entendía". Ante un momento así, Íñigo Onieva reaccionó cogiendo también el micrófono y dando un discurso que no estaba dentro del 'planning' inicial de la boda: "La guinda del pastel fue Íñigo Onieva se levantó y también cogió el micrófono. Empezó a justificarse y a explicarle al mundo quién era él diciendo 'soy una buena persona', 'no va a volver a pasar lo mismo', 'sé lo que pensáis de mí'".
Una situación bastante incómoda para los allí presentes que intentó cortar y resolver Manolo Falcó, hermano mayor de Tamara, padrino de la boda y el encargado de llevar a la novia hasta el altar horas antes durante la ceremonia religiosa. "El ambiente fue hasta tal punto embarazoso que Manolo cogió el micrófono y su discurso fue felicitando a todos", reconocía Aurelio Manzano tras poder hablar con personas que habían sido invitadas al gran evento y que vivieron aquello mientras ocurría.La situación parecía estar tan fuera del control de todos porque, si bien los amigos de Íñigo Onieva acabaron pronunciando estos discursos, por parte de la novia no había previsto que nadie hablase en cuando a amistades se refieren y así fue, lo que hizo que estas intervenciones por parte de los amigos del novio fueran todavía mucho más sonadas porque nadie se las esperaba y no había otras voces que sirviesen de contrapunto al eco que resonó en aquel convite en una de las bodas más esperadas y comentadas en los últimos meses: "Con las personas que he hablado no se lo tomaron a bien, fue un momento surrealista y, probablemente, ha causado el efecto contrario", terminaba diciendo Aurelio Manzano.