Desde entonces, algunos tertulianos del espacio de Telecinco han reprochado al paparazzi valenciano que se aproveche de la relación profesional que mantiene con ellos para conocer más detalles de su vida privada y ganar dinero con ello. Además, Hernández no entiende que González le avisara de que tenía a los fotógrafos pisándole los talones para después beneficiarse con las imágenes en cuestión. "Lo hacía para luego lucrarse él con esas fotos", dijo en su día el colaborador.
El novio de María Lapiedra le resta importancia a la situación y asegura que no creía que fuera a afectar tanto a su compañero y afirma que no se considera un "canalla". Haberse convertido en la diana sobre la que sus compañeros lanzan todos los dardos ha hecho mella en Gustavo González, que no entiende cómo ha pasado a ser 'el chico malo' del programa. "Me siento indefenso porque parece que soy lo peor. Me falta que digan que soy el toro que mató a Manolete. Me siento impotente e inseguro".
Las consecuencias de la fama
Debatiendo sobre este asunto, Paz Padilla defendió al fotógrafo alegando que ser un personaje público conlleva exponerse a las cámaras de la prensa: "Yo no voy por ahí preguntando quién me ha hecho las fotos o quién me ha traicionado. Salgo en las revistas y punto". Sin embargo, Belén Esteban le recordó el cabreo que se pilló cuando los paparazzis irrumpieron en su boda y la presentadora ha explicado que todo tiene un límite. "Se metieron hasta donde yo estaba diciendo 'te quiero' a mi marido. No respetaron nada e incluso agredieron a mi madre. Yo entiendo que haya paparazzi, pero a distancia", apuntó muy enfadada la humorista.