José Antonio Avilés vuelve a colocarse en el objetivo de 'Sálvame' después de que su expareja, Antonio Vega, interviniera en el programa para desvelar algunas de las confidencias que el colaborador de Telecinco le hizo durante su relación de alrededor de dos meses y medio ya que, tal y como asegura, se ha sentido utilizado por él.
Antonio Vega y Avilés | Foto: TelecincoEl primer matiz que hacía el invitado era que se trataba más de una amistad especial y no de una relación seria. "Se ha montado la película en su cabeza. Yo nunca le dije que estábamos saliendo. Al contrario, le decía vamos a hacer las cosas bien, nos estamos conociendo", relataba. "Me ha metido en cada fregao', que no veas", le decía a María Patiño. Ante la petición popular de que aportase algunos ejemplos, el joven se pronunciaba. " Me ha dicho que es el creador de 'Rocío: contar la verdad para seguir viva'. Lo dijo delante de mis amigos".
Es más, al parecer el colaborador simulaba llamadas en las que daba instrucciones para la realización de la emisión cuando estaba en su compañía. "Decía ya la están liando con la luz, 'esa pregunta no la hagas'... y cogía el teléfono y se ponía a dirigirlo". Según el testimonio del joven, Avilés habría hecho algo para el caso Malaya y le cogieron la idea para hacer la docu-serie de Rociíto.
Mentiras y más mentiras
Las risas resonaban en el plató del programa de 'La Fábrica de la Tele', donde querían saber más y más detalles sobre las mentiras que habría dicho Avilés. Entonces Vega contaba otra anécdota. En este caso, el colaborador le había asegurado que había conseguido cogerle una cita para teñir y peinar a María Teresa Campos en la peluquería que regenta. "El mismo día de la cita -no cogí citas ese día- me dijo que un cámara había dado positivo en COVID y se había cancelado, pero que estuviera tranquilo, que me lo pagaban".
Antonio Vega y Avilés | Foto: TelecincoY añadía una tercera y última confesión que le había hecho el controvertido tertuliano: le contó que tenía una cláusula en el contrato que tenía dentro de Mediaset por el que prohibía hablar de su vida privada, con características similares al que tendría Kiko Hernández.
Además, reconocía que sí era verdad que le había regalado un maletín de viaje, el cual estaba valorado en 800 euros, unas zapatillas muy caras y algún que otro viajecito. Unos obsequios que, aunque presumía de que no le costaban dinero y que eran regalos que le hacían, finalmente los pagaba él mismo.
