Esto hacía que, por supuesto, Vanessa se pusiera más a la defensiva: "Tú siempre tienes que meter baza por si no metes en la fiesta, no estás contento. Eres muy maleducado y vas al sol que más calienta, pero eso la gente lo ve fuera", y a él se sumaba su marido Javier: "Pero vete a dormir. Es para lo único que vales en esta vida".
Pero Edi parecía poco a poco perder la paciencia: "Por más que grites no vas a tener la razón. Disfruta de la experiencia". "Claro que la disfruto porque yo vengo a pasármelo bien", le respondía la mujer de Javi. "Te metí tres puntos y si pudiera meter de nuevo, te metería nueve", le gritaba el gallego cansado ya de ella y de la bronca. "Dime a la cara lo que piensas que has sido bastante pelotilla para lo que me estás diciendo hoy".
Óscar, Jorge y Ruvens, también contra Vanessa
Algo que le molestaba a Edi y le hacía saber que lo único que hacía con ella era ser educado y escucharla cuando en realidad estaba ya harto desde la primera semana: "¿En qué momento te di yo a ti a entender que me caes bien? Eres tú la que viene a hablar conmigo y a comerme la orejita con el tema del sexo (...) Estás todo el puto día hablando de lo mismo. ¿Qué quieres que te diga? Hasta me incomodaste, ya te lo digo aquí. Eso fue la primera semana y eso lo sabe todo el mundo".
"Vosotros lo único que hacéis es meter mierda todo el día", decía entonces Vanessa señalando a más compañeros, entre ellos Jorge, también gallego, que saltaba al momento: "A mí no me metas en el saco", haciendo que Javi, el marido, entrase también para no crear una riña entre los que se suponía que se llevaban bien: "Jorgiño, frena", pero "Jorgiño" no estaba dispuesto a dejar que Vanessa también cargase contra él: "Ni Jorgiño ni hostias".
Tras esto era Ruvens en que también se metía a discutir en contra de Vanessa: "Eres una lianta y un chihuahua, además", revolviéndose la gallega contra ella: "¿Y tú qué eres? La sirenita, ahí nadando en el jacuzzi. Conspirando", dejando así un panorama nunca antes visto en esta edición y que sin duda hará que la convivencia empieza tomar otros derroteros.