Después de que Raquel y Suso compartieran, para muchos, una insulsa cita romántica, ambos jóvenes salían del apartamento donde tuvieron su hora sin cámaras con grandes sonrisas en sus caras. Los 60 minutos que duró la velada fueron los más largos y dolorosos para Sofía dentro de la casa. La joven navarra lleva intentando hacer ver al resto de sus compañeros que sus sentimientos hacia Suso están más que enterrados, no obstante, este pasado martes, Sofía lloraba ante la realidad.
Después de que se supiera que Raquel y el joven catalán compartiría una hora a solas sin ningún tipo de vigilancia, la hija de Maite se apresuraba a asegurar que esto a ella le daba igual y que le era indiferente que Raquel y Suso estuvieran juntos. A pesar de estas palabras, más tarde, Sofía reculaba y su discurso iba cambiando cada vez más. Usando a Ricky de confidente, la joven confesaba que no podía parar de imaginar lo que estaría haciendo la pareja en el apartamento.
El italo-argentino le ha dicho a la joven que aunque ella intente esconder sus sentimientos, estos se le notan y que ese está siendo su peor error. Sofía daba la razón a Ricky reconociendo que no sabe definir exactamente lo que siente pero sabiendo que, desde luego, verles juntos no le hace ningún bien.
"Raquel intenta llamar la atención"
Después de que acabara la hora sin cámaras de Raquel y Suso, Sofía les ha visto regresar del apartamento. Al verlos tan contentos la joven incluso ha hecho el amago de vomitar. Las caras de la joven eran un poema cuando escuchaba a la fisioterapeuta contar con todo detalle todo lo que habían hecho ella y Suso dentro del apartamento. "Me parece una falta de respeto y un intento patético por llamar la atención", sentenciaba Sofía.