El regreso de Raquel a la última edición de 'Gran Hermano' parece que le está haciendo un flaco favor a la extremeña. Lejos de volver a disfrutar su estancia en la casa, los celos y rencores están provocando que la fisioterapeuta salte al cuello cada vez con más facilidad. Hace poco, esta se enzarzaba en una fuerte discusión con Marta y pocos días después volvía a perder los nervios, pero esta vez con Sofía.
Como no era de extrañar, Suso miraba a la atractiva joven y aunque le sermoneó por su actitud, no le quitó los ojos de encima. Esto hizo que los celos de Raquel afloraran y que la extremeña lanzara sapos y culebras por la boca: "Mírala, la puta guarra, es que le arranco los putos pelos". A pesar de su agresividad, la fisioterapeuta quiso disimular rápidamente su enfado porque sabe que la hija de Maite cuenta con mucho apoyo fuera de la casa y no vale la pena llevarse mal con ella.
¿Obsesionada con Suso?
Hay una cosa que tiene clara el motero y que parece molestar bastante a Raquel: pasárselo bien y, hacer lo que le apetezca en cada momento. En la fiesta del lunes, Suso quiso pasar un buen rato con su nuevo amigo, Ricky. La extremeña vió que este pasaba de ella y le reclamó un poco de atención a lo que Suso respondió que no se comportara como una niña de 16 años: "No tengo por qué estar pendiente de ti todo el rato". Ante esto, Raquel se echa a llorar. ¿Estará la concursante demasiado enganchada del motero?