"Me he sentido querida todo el rato"
Carlos Sobera quiso indagar más en estos primeros años de Gloria Camila en la casa de los Mohedano-Cano de La Moraleja (Madrid). "Mi madre era muy estricta, mi padre era más suave", señalaba la joven, que apuntaba que era Rocío Jurado la que siempre estaba detrás de ella y su hermano para que sacasen buenas notas o hicieran los deberes. Sin embargo, también era la que se encargaba de prepararles sus maravillosas fiestas de cumpleaños, además que siempre les traía regalos cuando volvía de sus giras y conciertos. "Lo que más admiraba de mi madre era su humildad", le confesaba al presentador de 'Volverte a ver'.
"La muerte de mi madre fue muy dura"
Como no podía ser de otro modo, la voz de Rocío Jurado estuvo presente en todo momento. Cuando Gloria Camila tenía tan solo diez años, el corazón de 'La más grande' se apagó para siempre y, con ella, se fue también su madre. La joven no pudo contener las lágrimas cuando se hizo referencia a este capítulo tan duro de su vida, que provocó que todo cambiase, tanto para ella como para su hermano
Gloria Camila relató que días antes de la muerte de Rocío Jurado, tanto ella como su hermano se fueron a vivir a casa de su tía Carmen, para evitarles esos dramáticos momentos. El 1 de junio de 2006, su madre falleció, contando Gloria por primera vez en televisión cómo les comunicaron la noticia. "Cuando me desperté, mi tía y mi prima me dijeron que había una nueva estrella en el cielo y que mi madre se había ido. Fue muy duro", expresó completamente emocionada la hija de Ortega Cano.
Gloria Camila se unió más que nunca a su padre
Después de la muerte de Rocío Jurado, por todos es sabido que la familia cambió para siempre. Sin embargo, la relación de Gloria Camila y José Ortega Cano se fortaleció. "Mi padre y yo hicimos una unión a partir del fallecimiento de mi madre. Éramos cómplices, uña y carne", reconocía la joven.
Con tan solo diez años, Gloria Camila tuvo que hacerse fuerte y tomar las riendas de su familia. De hecho, relató que "veía llorando a mi padre todos los días. Dormía con él acompañado todas las noches, ocupando el lado de mi madre en su cama. Intentaba darle el cariño necesario para que se sintiera querido". De hecho, todo ello se fortaleció más todavía tras el accidente del torero, cuando al mismo tiempo tuvo que cuidar también de su hermano, José Fernando.