"La segunda parte del documental habla de unos escritos y reflexiones de mi madre. Cuando veo eso, digo: 'No sé de qué documentos se está hablando y cómo hija legítima me pertenece conocer esos documentos antes de que se conozcan públicamente", ha explicado ella, por eso decidió tomar cartas en el asunto. "No la he llamado porque llevamos muchos años sin hablar. Lo pongo en vía judicial, y la jueza me da la razón. Lo que se pide son los documentos con titularidad de Rocío Jurado que se hayan puesto en manos de la cadena en la que se va a emitir el documental", ha seguido diciendo.
Lo cierto es que además ha contado que Rocío Carrasco negó la existencia de estos documentos: "Ella llega el juicio y dice que no hay más documentos, que no hay nada que enseñar porque no hay nada. Es lo único que pido. El caso es que luego ella enseña un papel que no es el que se le ha pedido, ni nosotros ni la jueza. De hecho ella dice: 'Si hablo de estos documentos, ¿de qué voy a hablar en la serie?'. No puedo hablar del documento que enseña porque está judicializado. Si mi madre no quiso hacer eso público en vida, no entiendo porque ahora se tiene que hablar de ello", ha querido zanjar.
Un consejo de Ónega y la defensa de Rocío Flores
También ha salido en su defensa su sobrina Rocío Flores, que no tiene ningún tipo de relación con su madre Rocío Carrasco: "Pidió que se mostraran unos documentos que ella como hija que consideraba, y creo que le corresponde, conocer y al final se ha estado cebando durante muchísimo tiempo y se ha presentado como que no hay documento ninguno", eso sí, ha marcado una clara distancia: "Hay muchas contradicciones, pero no voy a entrar porque no es mi tema. Gloria no miente, yo no sé lo que hace la otra parte".