Su situación empeoró
Aquella polémica le hizo caer aún más en las adicciones, preparando con solo unos meses de antelación la cita olímpica de Atenas 2004, de la que se marchó con una medalla de oro y la sensación de que había fracasado porque no la había logrado en suelo, que se suponía que era su especialidad: "Quería demostrar que era el mejor del mundo", aseguraba Deferr a Jordi Évole en el programa de Atresmedia.
Sin duda, el peor momento de Gervasio Deferr fue tras su retirada en los Juegos Olímpicos de Pekín 2008, cuando cayó totalmente en el alcohol y las drogas: "Por fin podía hacer lo que quería. Fumaba, salía, bebía y perdía el tiempo. Me quedé tres años en Madrid pensando si retirarme o no. Hubo un momento en el que me dí cuenta que llevaba seis años bebiendo todos los días. Era autodestructivo totalmente, sabía que eso me podía matar e iba de cabeza. Hubo varios momentos en los que pensé 'igual mañana no me levanto', pero me daba igual", relataba.
Sus problemas le llevaron a separarse de su pareja y su familia, hasta el punto de no acudir al lado de su madre cuando sufrió un infarto, pero también a hacer frente a la falta de dinero con sus participación en proyectos muy diferentes a los que acostumbraba, como el programa 'Splash'. Finalmente, en 2017, decidió pedir ayuda a Alejandro Blanco, presidente del Comité Olímpico Español, accediendo a un centro de desintoxicación en el que estuvo 10 meses.