El regreso a la televisión de María Teresa Campos era uno de los más esperados. La periodista se apartó de la televisión tras sufrir un ictus que le hizo perder la visión temporalmente de uno de sus ojos. Además, casi coincidió en el tiempo el momento en el que retiraron de Telecinco su programa de cada fin de semana 'Qué tiempo tan feliz'. Ahora, su vuelta a un plató era un momento muy esperado.
María Teresa Campos no tuvo mucha distinción respecto a los demás colaboradores de 'El Debate de GH Revolution', únicamente que se encontraba sentada en una silla individual en lugar de en el sofá de los demás. Al principio se mostró contenta de estar ahí y no dudó en decir que era muy fan de Bea, la concursante ganadora de 'GH 17' y a la que tenía al lado. Tras esto, fueron pocos los comentarios que se pudieron escuchar de la periodista a lo largo de la noche.
Uno de los momentos en los que se la vio más cómoda y alegre fue cuando Jordi González le dijo estando agachado a su lado: "Parece que le voy a pedir matrimonio, pero ya está pillada". Ella, sonriente le respondió: "Todo se puede pensar". La noche fue evolucionando y tras algunos comentarios divertidos, como uno que compartió con Torito, su rostro se fue torciendo.
Jordi González preguntó en un momento determinado a la colaboradora de 'El Debate' en una ocasión y ahí ya se vio como no estaba ligeramente cómoda. Recordaba a aquellos momentos en los que estaba en el plató de 'Las Campos' con mala cara y sin ganas. Dio una escueta contestación que hasta al presentador se le notó algo extrañado y rápidamente fue Belén Esteban la que tomó el hilo de la conversación.
Se marchó como Cenicienta
Poco antes de las 12 de la noche, María Teresa Campos se marchó del plató. El presentador anunciaba que a la periodista le iban a entregar un premio en Málaga y que tenía que coger un tren muy temprano por lo que se marchaba ya para irse a dormir. María Teresa Campos se marchaba entre aplausos y ligeramente apagada luchando por no caerse de sus tacones antes de salir de pantalla. Fue una noche un tanto extraña en la que a la periodista solo se la vio cómoda al principio.