El quinto programa de '¿Quién quiere casarse con mi hijo?' ha subido la temperatura de los pretendientes y los candidatos a encontrar el amor de su vida entre tanto tróspido, unos personajes únicos que se han visto con unos días sin mamá y han perdido el control entre fiestas, alcohol y alguna sorpresa inesperada.
Rafa 'el milloneti' se lleva la palma. Organizó una fiesta por todo lo alto en su casa de Marbella, invitó a amigos y con su hermano y unas pretendientas ansiosas por el desmadre todo se fue de las manos. El champán y el vodka mostraron el lado más distendido de las pretendientas, excepto con Sara, pretendienta que terminó vomitando en la piscina y expulsada por Rafa: "Esto es un horror, pero no voy a perder mi divineo, lo tengo hasta cuando duermo. Yo sigo siendo divina, una diva, muy glamurosa. Eso no se pone en duda".
La fiesta no quedó aquí ya que las demás pretendientas sacaron sus armas al menor intento de acercamiento. Claudia, quien se ganó el romántico beso en el jet privado de Rafa no lo dudó y ante un acercamiento de Sandra 'la rubia cortona' agarró del brazo a Rafa y lo llevó a la cama de su madre donde se besaron mucho, "pero mucho, mucho".
Con la mentira, 'a otra parte'
Otro que no lo dudó y dejó atrás las promesas y hábitos abstémicos fue Diego. El cinéfilo frustrado no lo dudó e intentó conocer mejor a sus pretendientas mientras su madre se iba de fin de semana. Gracias a una premeditada compra de más de 300 euros -la mayoría en alcohol- Diego, su amigo Bernardo y las pretendientas se dejaron llevar y terminaron borrachos y jugando a pasarse el hielo, la mejor excusa para Yasmina -la bisexual- para acercarse aún más a la candidata Beatriz.
"Estás subidita, estás un poco María Jimenez", así reaccionó Diego, sólo una excusa para dar el visto bueno a esta forma de "conocernos mejor, pura diversión", una reacción nada parecida ante la 'ida de pinza' de Ana, quien pintó un bigote a un retrato de Estrella, madre de Diego.
Sin embargo, éstas no fueron razones suficientes y finalmente Diego expulsó a Ivana y a Yasmina, la favorita de su madre. La expulsión por partida doble no fue nada comparada con la sorpresa y cara de 'póker' con la que se quedaron las candidatas cuando Markus comenzó a 'liarla parda' besándose con todas las candidatas, catándolas y dando un veredicto de la noche: "Sara se mantiene y Rebeca sube".
Las repescas, por parte de madre
Las carcajadas y mejores momentos de la noche las protagonizó Rosa, la madre de Sandro. Madre que también desapareció de casa y dio vía libre en casa con condición de limpieza, requisito que no cumplieron. Justo cuando por fin iba a llegar el primer beso, Rosa llegó a casa y encontró a Sandro y sus candidatos metidos en la piscina hinchable y con toda la terraza encharcada amenazó y espetó que cuando volviese lo quería todo recogido y con los pelos de baño limpios: "Maricones, es que lo dejáis todo fatal. Cuando vuelva quiero la ducha desatascada".
"Me cago en la leche que habéis tragao, pero ¡tu has visto cómo tenéis todo esto!...No quitáis lo pelos maricones. De verdad, me tenéis hasta el mismísimo", amenaza que quedó en vano y todo olvidado con la vuelta de Juan, una repesca que alegró a todos menos a Ra, que a partir de ahora tendrá que compartir el "bien de tocar, bien de sobeteo, bien de sentir la carne cerca".
La predicción del horóscopo falla
Para David y sus candidatas ha llegado la candidata expulsada más loca y desmedida, Isabel, "una mal educada" que ha traído 'malas vibraciones' y comenzó sin dudar un ataque directo nada más entrar por la casa: "He llegado para llevármelo".
Mamen, la única candidata que no entró al trapo y no peleó con Isabel fue la expulsada, una decisión que no gustó nada a Rosa 'la vidente' y que la dejó destrozada y sacó sus defensas ante otro ataque de Isabel: "¿Que Mamen no es buena persona? No lo voy a consentir, "me ha afectado muchísimo".