Los residentes serían los que cocinarían una paella y un tiramisú y los asaltantes determinarían cómo habían quedado las creaciones de cada pareja. Poco a poco fueron realizando los platos pero hubo una pareja que no se entendió demasiado bien y la cosa estalló por los aires. Ferre y Cristina comenzaban cocinando la paella pero no se pusieron de acuerdo en ocuparse de la misma y Ferre terminó discutiendo con su novia.
Con alguna palabra más alta que otra le dijo que si se ocupaba de otra cosa la paella se iba a quemar y, tras este momento de tensión, Maite Galdeano decidió meter el dedo en la yaga diciéndole: "Cómo chillas". Estas palabras sacaron de sus casillas a Ferre que comenzó a gritar más si cabe: "Chillo si me da la gana. No te metas en las conversaciones mías y de mi novia. A mí no me calientes los huevos".
Brote de cólera
Por su parte, Cristina continuó enfadada con su novio y decidió marcharse del cocinado y sentarse en una de las sillas del jardín: "Que me dejes tranquila. ¿Para qué dices que lo has hecho todo tú?". Ferre no dudaba en disculparse con su novia por la situación que se había formado y terminaron abrazándose: "Mi fallo ha sido que te he gritado y te pido disculpas porque no te tengo que gritar".