Una de las parejas protagonistas de esta primera entrega de la séptima edición ha sido la formada por Andrea y Álvaro. Ambos han demostrado estar muy unidos pero se aprecia claramente que ella está muy preocupada por lo que pueda pasar en el programa. La situación se ha puesto tensa en el momento en el que una de las solteras le ha colocado el collar a su novio.
Ya advertía que, como se lo pusiera, se iba a marchar y dicho y hecho. Andrea se levantaba y se iba dejando allí a su novio y a todos los demás: "No sé ni para dónde mierdas voy", decía. Tras esto, se la podía ver pegando un grito y una patada a una planta que se encontraba en su camino. Desbordada decía: "Que lo estaba viendo desde primera hora. En vez de mirarme a mí... Me quiero ir a mi casa".
La mirada, la clave
"He llegado a Villa Playa destrozado, hundido, sin ganas de nada pero tengo unos compañeros espectaculares que me han ayudado al máximo", decía. Por su parte, Andrea llegaba a su villa y se metía en la habitación a hablar con sus compañeras: "Le he visto por la tía de blanco la misma mirada que me echó a mí cuando estaba delante su parienta, por primera vez. Os lo prometo. Lo que he visto ha sido real". "Lo estoy pasando peor de lo que pensaba. He visto algo que no tendría que haber visto y espero que Álvaro se haya dado cuenta. Con lo que me conoce creo que sí", decía en los totales.