Uno de los muchos ejemplos que Rocío Carrasco ha relatado ha sido en relación a su hermano David Flores: "Le dijeron que su hermano estaba enfermo por mi culpa porque yo bebía y fumaba durante el embarazo y eso llega a casa y me lo dice. Me ve atendiendo al niño y empezó a gritar. El niño no podía ver que la niña me faltara el respeto, se metía en medio. Decía 'a mamá no la chilles, no la insultes', entonces ella tomaba represalias en contra del niño. Cuando me vio volcada en el niño me dijo '¿ahora sí te preocupas, no? Pero el niño está enfermo por tu culpa, que me lo ha dicho a mí mi padre, tú no querías tener a mi hermano'. ¿Cómo se puede vivir ante eso? Ante eso se vive partiéndote en dos, el alma, el corazón".
"Cuando me veía llorando me decía 'ya me lo advertía mi padre, se va a hacer la víctima y va a llorar' y eso te lo decía mirándote a los ojos. Era como Jeckyll y Mr Hyde porque era una belleza rubia con unos ojos azules maravillosos y guapísima y de repente esa cara de ángel se transformaba en un demonio. En cuestión de milésimas de segundo", cuenta Rocío Carrasco llorando. Los insultos de Rocío Flores eran implacables y terribles para cualquier madre: "Hija de puta, puta, zorra, que yo nunca la he querido, que no la he atendido, que nunca la he llevado al médico, que no me preocupaba de sus estudios... Me decía 'me dan asco tus besos, no me toques...'".
Intentando hacer las cosas bien, Rocío Carrasco actuaba como cualquier madre: "Yo la castigaba en el cuarto, como todos los padres a los niños y me decía 'al cuarto se va a ir tu puta madre que está enterrada'. Hay que vivirlo para entenderlo. No son las 24 horas del día así, tienen momentos buenos y los intentaba aprovechar para estar con ella y hacer cosas del día a día". Además, ha relatado un episodio en el que deja claro hasta qué punto la niña estaba manipulada: "Ella no podía permitirse tener ningún tipo de sentimiento para conmigo. Tenía que ir siempre a casa de su padre con información. Yo encuentro a mi hija con un móvil a las cuatro de la mañana en el despacho de mi casa. Cuando llegué estaba mi hija haciendo fotos a documentos. Le pregunté qué hacía y ella 'nada, nada'. Ese móvil no era para saber cómo estaba la niña, era para lo que era".
Agresiones y mentiras
También vivieron una agresión con un cuchillo, algo que se ha comentado en los platós pero sin saber a ciencia cierta la historia: "Hay una agresión que a mí me hace con un cuchillo, yo solo quería hacerle ver que eso no era bueno, en menores dije que había sido sin intención porque no quería ser la culpable de que le cayeran más cosas", comenta llorando. "Otra de las de las veces que ella está fumando dentro de la habitación y le dije que no hiciera eso. Pegó una calada mirándome fijamente y lo apagó en el colchón y me dijo 'la próxima lo hago contigo y quemo la casa contigo dentro'. Lloro porque ella fuera capaz de participar en algo tan sumamente cruel para una madre", dice rota Rocío Carrasco.
Por si esto fuera poco, Antonio David Flores elaboró una mentira utilizando a su hija para que así le quitaran la custodia a Rocío Carrasco presentando una nueva demanda de modificación de medidas de custodia con un informe psicológico de Rocío Flores realizado a espaldas de la madre: "Dijo que yo la insultaba y la llamaba gorda, que le decía 'te vas a poner como una cerda', que la castigaba con no darle de comer, decía que no la quiero, que alguna vez le he dado un bofetón. Narra una situación completamente falsa y las cosas que no eran falsas les daba la vuelta en su beneficio y para encaminarlo hacia la otra persona".
Finalmente, el juez comprendió la situación y tomó la siguiente decisión: "A pesar de ello el juez no le dio la razón porque no creyó oportuno que era tan urgente quitarme la custodia de mi hija. Cuando veo que la niña vuelve para casa me entra pavor, de allí salí llorando de pánico y de angustia no de felicidad. La niña ya había sufrido algún episodio de hacerse daño a sí misma. Cuando salimos de ese juzgado si hubiesen podido todos ahí me matan. Él me increpa y empieza a decirme 'Rociíto, como mi hija me llame y me diga que ha tenido un problema contigo no te salvan ni los Geos. Ese día, en el baño, él le da un móvil y la niña se lo guarda", concluye.