Parecía que la vida de Ernesto de Hannover había pegado un giro de 180 grados al encontrar en Claudia Stilianopoulos a su media naranja. El que fuera marido de Carolina de Mónaco ha sido visto en varias ocasiones por Madrid, disfrutando de extensas jornadas de paseo por el Parque del Retiro junto a sus nietos, siendo un abuelo entregado y amable. Sin embargo, esta imagen idílica ha vuelto a quedar por los suelos al salir a la luz unas imágenes en 'Ya son las ocho'.
Ya hace unos días se pudo ver esa cara amarga de Ernesto de Hannover a la que nos tenía acostumbrados hace año protagonizando una discusión con su nueva pareja, la hija de Pitita Ridruejo. A pesar de esto, no ha sido hasta ahora cuando ha sacado todo el mal carácter que sigue teniendo y que parecía haber perdido para cargar en dos ocasiones contra la prensa que no le hacía ningún tipo de pregunta comprometida.
Volviendo de una noche de cena junto a su pareja, una reportera le preguntaba que si le gustaba Madrid pero Ernesto de Hannover, completamente fuera de sí, comenzaba a soltar improperios por la boca sin ningún sentido: " Que te jodan. ¿Quién eres tú? No entiendo a esta gente. ¿Estás tratando de robarme? ¿Quiere dinero? ¿Estás tratando de robarme?", decía ante la evidente vergüenza que estaba sintiendo Claudia Stilianopoulos.
El gran altercado en el aeropuerto
Sin embargo, ese momento nocturno solo fue un aperitivo del altercado que protagonizó en el aeropuerto Adolfo Suárez Madrid-Barajas donde volvió a enfrentarse a la prensa que le esperaba allí. En la distancia, el que fuera marido de Carolina de Monáco comenzaba con su ristra de insultos hacia los reporteros: "Que te jodan. Ponlo en el periódico, pedazo de mierda. Que te jodan, hijo de puta".
Tras esto, se vivía el momento más tenso de todos, cuando Ernesto de Hannover hacía el amago de ir a por los reporteros y seguía gritando palabras sin sentido convirtiéndose en el centro de todas las miradas en el aeropuerto. Una vez más, la vergüenza que estaba sintiendo Claudia Stilianopoulos era más que evidente y, agarrándole para evitar un problema mayor, pedía a la prensa que se marchase: "Dejadnos en paz, por favor".