Melyssa no está pasando por su mejor momento en el concurso. Echa de menos a su familia y el hambre cada vez es más insoportable. Es por esto, que el programa le ha preparado una sorpresa de lo más especial. En playa escondida, Melyssa encontraba una mesa con tres platos, cubiertos por cajas. Bajo la primera caja, había una ración de bacalao 'à Brás', un plato típico de Portugal que le recordó a su infancia. Bajo la segunda, un pastel de Belém, otro plato típico de la gastronomía lusa.
Al abrir la tercera caja Melyssa se encontraba a su madre, que había permanecido todo el tiempo oculta bajo la mesa. Las dos se fundieron en un emotivo abrazo y rompieron a llorar. "¡No me lo puedo creer!", confesaba Melyssa haciendo referencia al miedo que siente su madre a volar. "Mi niña, qué guapa estás... Ya sabes que por ti, todo", le contestaba con ternura su madre. "No quiero que te vayas. Te quiero mucho", añadía la superviviente sin ningún ánimo de soltarla. Después, se dirigía a la organización del programa. "Muchísimas, muchísimas gracias. Me habéis dado la vida ahora mismo".
El reencuentro de Tom Brusse y Nela
Antes de su reencuentro con Melyssa, Nela sorprendía a Tom Brusse escondida tras una palmera artificial. El francomparroquí se quedó helado al descubrirla. "La verdad es que estoy contento de verte", acertó a decir el que fue novio de su hija antes de darle un cariñoso abrazo.
Por su parte, Nela también se emocionaba. "No hay rencores. El pasado, pasado está... Le he querido siempre y he sufrido mucho. Una se puede enfadar, pero se puede perdonar", concluía, con gran ternura.