"La última persona que esperaba", desveló él. Después de fundirse en un cariñoso abrazo, él confesaba que se encontraba bastante nervioso. "Me he acordado muchísimo de ti", le dijo notablemente emocionado y con los ojos vidriosos. "Ha sido una manera de vivir un tiempo conmigo mismo". Tras una breve conversación inicial, ella le preguntó directamente: "En que momento se te va la flapa y no interiorizaste el mantra: 'No tengo que hablar de Marisa', a ver señor".
Este estupefacto le preguntó si era algo que había llamado la atención fuera y ella simplemente dijo: "Madre mía". Él reflexionó: "Me han podido las emociones. Dijiste que no hablara de ti, pero tú y yo somos lo mismo". Esta frase despertó una ovación en plató que llevó a un sonoro aplauso. Tras esto, Carlos Sobera irrumpía en el íntimo momento preguntando que por qué no esperaba dicha visita: "Ella es reservada y es una putada haberla metido en esta jaleo". Minutos antes, en plató, la mujer del periodista ya había confesado que ella no quería que fuera a la granja cuando este le contó que se lo habían ofrecido.
Conversaciones sentimentales y una buena noticia
De repente, interrumpía su discurso y decía: "Estamos de enhorabuena porque me han dado la mejor noticia que me podían dar: Mi hija ha aprobado anatomía!". Todos aplaudieron entre risas y él gritó: "¡Muy bien, María!". Carlos Sobera le preguntó por las convocatorias que había agotado su hija y el periodista respondió irónicamente que muchas. "He estado todos los días pensando en el examen", reconoció Antonio Montero.