Después llegó el turno del argentino, que quiso usar sus dos primeros escalones para defenderse de sus acusaciones de persona manipulable y de realizar juegos sucios: "Lo de la cabeza era porque no veía, no fue una cosa no deportiva". Además, aprovechó para reprocharle a Albert su egoísmo por no compartir el 100% de la pesca que consigue: "El Albert que conocí aquí es un poco egoísta y nunca lo voy a a aceptar ni aquí ni fuera".
El segundo escalón para Albert fue algo menos tenso, dado que reconoció que no tenía nada más malo que decirle: "Me atrevería a decirle muchas cosas buenas. Creo que es un gran luchador, una persona de los pies a la cabeza, un rival muy digno al que nunca le he escuchado rendirse. Compartiría contigo todo lo que necesitaras si realmente lo necesitaras y si no fueras tan influenciable", explicó el concursante en su minuto de palabra.
A continuación, en el turno de Collorrichio, primero quiso agradecerle todas esas palabras, pero después siguió defendiéndose: "Vine a este concurso por motivos personales porque quería encontrar lo que realmente valía la pena en la vida y este concurso era una oportunidad. Veo en Isabel bondad y no me escondo detrás de ella, la trato de ayudar", dijo el argentino explicando así por qué intenta ser tan cercano a la tonadillera y no por el interés como otros dicen.
El último escalón, cara a cara
Ya en el último escalón, Albert prosiguió con buenas palabras hacia su compañero: "Te tengo mucho respeto, creo que eres una persona muy válida y excepto los problemas de la convivencia no tengo nada más que decirte". Por su parte, Fabio comenzó ahora sí a comunicarle todo lo bueno que tenía que decirle: "Este escalón, porque estamos más cerca y te lo puedo decir a la cara, lo quiero utilizar para decirte que fue un honor para mí participar en este concurso contigo porque ambos sabemos lo duro que es. Creo que eres un superviviente muy completo, te respeto, eres un gran pescador y haces fuego. Es un honor estar contigo hasta el final y te lo digo de corazón", concluyó el argentino.
Después de todas estas verdades que se dijeron cara a cara, Lara Álvarez les daba las dos opciones posibles antes de finalizar la prueba: darse un abrazo para dejar atrás todos sus problemas o retroceder por los escalones del puente y dejar las cosas como están. El argentino no tardó en decir que, a pesar de haberle dado un abrazo a su compañero el jueves pasado, estaba dispuesto a darle otro más. Así pues, ambos se dieron un fuerte y emotivo abrazo de más de 10 segundos de duración entre los aplausos de sus compañeros, que estaban presenciando la escena. De esta forma, los dos supervivientes limaron asperezas y esperan no volver a crear conflictos entre ellos en lo que queda de concurso.