Uno de esos camiones fue a parar al plató en el que estaban realizando el homenaje a la más grande y se pudieron ver algunos trajes. Sin embargo, lo más emocionante fue ver a Rocío Carrasco hablar con tanto amor de su madre. Divertida, contaba lo exagerada que era: "Era exagerada para todo. Era muy exagerada pero era muy graciosa porque te tenías que tirar al suelo con ella. Ella era capaz de decirte en tu cara lo que considerara oportuno aunque tú supieras que era mentira. A mí mi madre me decía 'niña, no fumes. Yo no he fumado en la vida'. Yo me quedaba mirándola y le decía pero si te he comprado yo el tabaco. Ella me contestaba que no se había puesto un cigarro en la boca en la vida".
"Era muy exagerada, muy graciosa y tenía una mente y una fantasía y una creatividad... Era artista. No podía ser de otra manera. Era artista y es porque no me gusta hablar de ella en pasado. Ella tenía dentro de su cabeza una vida hecha y era una mujer tremendamente creativa, se ilusionaba con muy poquito", contaba. Emocionada, Rocío Carrasco explicaba que su madre nunca pensó en retirarse: "Si lo hacía sería a Chipiona a cantar cuando fuera muy muy mayor y no lo contempló. Si ella se hubiese visto con un mínimo halo de fuerza, jamás se hubiese retirado".
La emoción de Rocío Carrasco era absoluta al ver los contenedores: "He venido todo el trayecto intentando pensar en otra cosa. Me ha pasado allí, cuando he empezado a ver los contenedores, y me he dado cuenta que el que ha venido para acá es el número 18, que es el día de su cumpleaños, yo no sé si ha coincidido, la cabeza me ha empezado a generar flashazos y he visto a mi padre, a mi abuelo, a ella sentada en la mesa comiendo y he visto un montón de cosas, entonces he intentado irme para otro lado porque si no no iba a poder", decía conteniendo las lágrimas.
Los recuerdos que lleva de su madre
Rocío Carrasco ha contado que su madre pensaba que volvería tras superar la enfermedad y que, aunque nunca le dijo cómo se veía a su vuelta como tal, sí que le transmitía esas ganas de volver: "Ella tenía muchos proyectos. Estaba enferma y estaba pensando en qué iba a hacer cuando volviera a España. Quería cantar, hacer lo que fuera. No imaginó cómo iba a ser su vuelta pero ella estando allí sí que decía de repente 'vete llamando a no se quién', ella se veía volviendo. Es lo que me transmitía. Se veía cantando".
Además, Rocío Carrasco, contaba entre lágrimas los dos recuerdos que lleva puestos de su madre: "Este anillo lleva aquí 15 años. Ella lo llevaba siempre puesto y yo tuve que quitárselo cuando se la llevaron y me lo coloqué aquí y ahí se ha quedado y se va a quedar. La pulsera tiene tres brillantitos se la regalaron cuando yo nací y éramos mi padre, mi madre y yo y siempre la llevaba puesta. Se la quité cuando se la llevaron, me la coloqué y de ahí no se ha movido. No me lo he quitado nunca".