Pues bien, para presentar este programa, el torero ha sido el invitado de 'El Hormiguero', donde ha acudido junto a Albert Espinosa y en el que no ha podido evitar emocionarse. Es raro ver a Jesús Janeiro emocionado pero, en esta ocasión, ha sucedido. El entrevistado veía las imágenes del programa en las que acudía a su primera casa y ahí no podía contener las lágrimas: "Ha sido un paño de lágrimas verlo sobre todo porque son de estos programas que dices 'es que es volver'".
"Me ha hecho una ilusión fantástica, me ha emocionado muchísimo, me ha traído unos recuerdos imborrables, fue una época muy bonita en mi vida, fui muy feliz. Yo soy una persona dura de soltar las lágrimas pero ha quedado genial. Me has hecho un regalo...", le decía a Albert Espinosa. Además, profundizaba sobre su infancia y la juventud con la que arrancó en el mundo del toreo: "Yo he sido un niño feliz y por supuesto he sido feliz con mi profesión porque nadie me ponía una pistola en el pecho".
Jesulín de Ubrique ha seguido hablando sobre sus comienzos: "He sido feliz toreando. Es verdad que, en la etapa mía infantil no es una etapa de un niño normal porque yo tenía una responsabilidad muy grande, independientemente de que me estaba jugando la vida. Sin trampa ni cartón, pero tampoco eres consciente de lo que es capaz de hacerte un animal. Yo es que me divertía. Venía de torear y me iba al colegio y era un niño más. La responsabilidad de dar de comer a muchas familias la tuve que coger con 13 años. Dime tú a mí qué responsabilidades le vas a dar a un niño. La recogí con 13 años y hasta fecha de hoy".
Recordando a Humberto Janeiro
Jesús Janeiro ha asegurado que no fue fácil el comienzo pues tenía que ocuparse de todo: "Es difícil. Quizá al principio es difícil de gestionar pero cuando te pasa el tiempo te das cuenta de esas cosas y dices 'me cago en la madre que me parió'. Yo he tirado de mi familia en adelante y todos los miembros que venían conmigo. Dependían de un niño muchísimas familias".
Además, el torero ha recordado a su padre y cómo se metió al mundo del toreo para sacarle del apuro económico: "En el teatro Alcázar fue donde mi padre, que era empresario, empezó a hacer sus pinitos como empresario de traer artistas a cantar. En la feria que fue por el 86 no salió nada bien. Mi padre tenía que pagar esa deuda y yo como sabía que mi padre quería que yo fuera torero pues pensé que la manera que tenía de que mi padre no me quitase mi hobby le dije 'si tú no vendes el campo pues me hago torero'. Ahí empezó todo. Pagamos la deuda con mi primer dinero" .
Las cosas comenzaron a mejorar gracias a su profesión: "Después tuvimos la suerte de irnos a vivir a un piso, luego un coche y después un solar para hacer una casa. Ya con 16 años es cuando compré la finca actual". También ha recordado a su madre, Carmen Bazán, quien le suele decir que es un niño por muchas de sus actitudes: "Aún así me gusta ser niño. Mi madre me dice 'estás como los chiquillos chicos', pero a mí me gusta ser infantil".