Tras una semana complicada, finalmente el deseo de Emmy Russ se hizo realidad y fue elegida por la audiencia de 'Secret Story' para ser la quinta expulsada. Todavía en la sala de expulsión junto a Canales Rivera, la influencer de origen alemán reconocía que "da mucha pena irse porque te acostumbras a la casa, a la gente" a pesar del agobio que puede suponer estar encerrada, motivo también por el cual estaba deseando seguir formando parte del programa, pero desde fuera: "Tengo muchas ganas de seguir en plató, con la cabeza aclarada y siendo la Emmy que entró".
Algunos de sus compañeros, especialmente Luis Rollán e Isabel Rábago, sus mayores apoyos en la casa, habían dicho que el agobio que la Emmy podía sufrir en la casa tenía una justificación y que incluso había llegado a tener fuertes crisis de ansiedad a lo largo de las semanas. El motivo, hasta ahora desconocido, tenía que ver con su secreto. Incumpliendo las normas del programa, la ya exconcursante se lo confesó a Luis Rollán en su despedida en el cubo: " Estuve en un centro de menores porque mi madre me abandonó ".
Esta dura experiencia en su vida había convertido cualquier tipo de privación de la libertad en un auténtico trauma: "Por eso me cuesta mucho estar encerrada. Por muchos realities en los que haya estado siempre me pasa lo mismo. Me viene a la cabeza estar encerrada ". Algo que se acrecentaba en una convivencia por tareas tan comunes como la limpieza: "Tengo un trauma con fregar el suelo. Era lo primero a lo que nos obligaban en el centro en cuanto nos despertábamos y aún así lo hacía. Hay tantas cosas que hay que conocer mi historia para entenderme y lo he hecho igualmente ".
Emmy, sobre el centro de menores en el que estuvo: "No sé como es legal algo así"
Ya en plató, Russ le confesaba a Jorge Javier Vázquez los diferentes motivos que la llevaron incluso a pedir su expulsión: " Los realities en Alemania los realities son muy cortos, el más largo es 'Gran Hermano VIP' y duran 3 semanas y aquí ya llevo 5. Se me estaba haciendo complicada la cosa", y reconocía también que su cabeza le había jugado malas pasadas: "Lo he pasado mal por mi cabeza, no me dejaba en paz, me montaba mis propias películas".
Un hecho al que se le sumaba su ya traumática experiencia en un centro de menores que comenzó cuando había cumplido 17 años: "Vivía con mi madre en Alicante y todavía no hablaba español. Nos llevábamos mal, no nos entendíamos bien y de un día para otro vuelvo a casa y estaba vacía totalmente, incluido mi pasaporte, mis cosas ". Se vio obligada acudir a la Policía para pedir ayuda y así fue como acabó internada: "Lo pasé muy mal".
La alemana recuerda el tiempo en el internado como algo terrorífico y aprovechó sus minutos ante la cámara para hacer una denuncia pública sobre lo que ella asegura que ocurre en lugares como estos: "No sé como es legal algo así. Pegaban a los niños a veces sin motivo. Decías algo que no les gustaba y pegaban. Quiero aprovechar esta oportunidad para dar un toque de atención a los responsables que revisen mejor estos sitios. Hay muchos niños sufriendo, están tratando mal a niños inocentes".