El paraíso esta semana ha recibido la visita de dos Evas y dos Adanes, pero sobre todo, ha presenciado el sentimiento de la inquietud. Raúl, un gaditano de 27 años, llegaba a la isla para encontrar el amor de una chica que se lo pusiera dificil. Entonces, con esa descripción, Sandra, una colombiana que reside en Bilbao, era su chica.
El gaditano tardó poco más de 5 segundos en demostrarle a la colombiana su pasión, la música. Nada más conocerse, Raúl le canta a Sandra por primera vez y a ésta le enamora desde el primer minuto, consiguiendo así que abriera su corazón.
Sin esperárselo, aparece una tercera en discordia, Rosa, una malagueña de 29 años que se define como " una chica muy fina ". Su llegada no le hace ninguna gracia a Sandra, quien a pesar de afirmar que le da igual " porque ni siquiera me he liado con él ", tarda pocos minutos en mostrar sus celos tachando a la malagueña de " pija ".
Raúl decide compartir un rato más íntimo con Rosa, y éste, que no desaprovecha el tiempo, se lanza a darle un beso que levanta la ira de la colombiana: " No me ha hecho ni puta gracia. No pienso ir detrás tuya ". " No quiero que lo hagas " le replica el gaditano. A pesar de la pequeña bronca, no tardan en reconciliarse y continuar disfrutando del paraíso en compañía de Rosa, que parecía que que la rivalidad entre ellas iba desapareciendo poco a poco.
Por la noche, celebran el 23 cumpleaños de la colombiana, y Raúl, para su sorpresa, le lleva una tarta mientras le canta el 'Cumpleaños Feliz', lo que hace que Sandra se emocione ya que " todos los cumpleaños los paso sola ".
Al día siguiente, la isla recibe otra visita inesperada, la de Miguel, un cordobés de 25 años que " viene a por todas ". Pero lejos de conquistar a las chicas, éstas se lo pusieron muy dificil porque Raúl ya había ocupado un hueco en sus corazones.
La presentadora, Mónica Martínez, les propone un juego con una gran recompensa, embadurnar a los chicos de barro con el poder de expulsar a alguien del paraíso. Sandra resulta la ganadora y decide expulsar a Rosa, con quien a pesar del acercamiento, las disputas fueron continuas.
Sin Rosa, Sandra se siente mucho más cómoda y consigue acercarse un poco más al gaditano que tanto le había conquistado. La colombiana y Raúl protagonizan una cita con mucha pasión en la que ambos salen encantados. Y con esto, Sandra tenía más que clara su elección.
Suena la campana final que indica el término de la estancia en el paraíso y por tanto, Sandra tenía que elegir entre Miguel, con quien acababa de tener una cita en la que faltaba excesivamente el 'feeling', o Raúl, y la colombiana no tardó ni un minuto en decantarse por el gaditano que la enamoró cantando nada más llegar.
Una vez vestidos, Raúl tiene el poder de elegir si quiere continuar la historia que había empezado con Sandra en la isla o por lo contrario, marcharse tal y como había llegado, solo. El gaditano, sin dudarlo, decide comenzar una nueva vida junto a Sandra y ambos se marchan besándose encantados de haber encontrado a sus respectivos Adán y Eva.