Por muchos años que pasen, Rocío Carrasco nunca podrá olvidar la serie documental que la trajo de vuelta a la televisión tras años apartada de los medios: 'Rocío. Contar la verdad para seguir viva'. Para la sociedad española supuso una auténtica revolución a todos los niveles el día de su estreno poniendo de nuevo encima de la mesa las diferentes violencias que sufren las mujeres a manos de los hombres e incluso de los hijos a través del relato de la hija de Rocío Jurado y todo lo que presuntamente vivió a manos de Antonio David Flores e incluso de su hija Rocío. Para ella supuso la vuelta a la vida pública.
Por ello basta decir que si Rocío Carrasco es hoy concursantes de 'Bake Off: famosos al horno' es porque hace tres años se enfundó el traje rosa fucsia y se colocó delante de una cámara. Esta serie y las otras dos que vinieron después fueron también el motivo que tan solo dos años después harían que engrosase la lista de 'personas non gratas' en Mediaset a raíz de su cambio de directiva. Esto a su vez le dio a la también hija de Pedro Carrasco de hacer carrera en otros grupos como es ahora RTVE.
Agradecida de ese proyecto y del equipo que la acompañó durante su rodaje y emisión, Rocío Carrasco los ha tenido muy presentes durante su experiencia en la carpa de 'Bake Off' y lo mencionó de forma velada -al tratarse de un programa de una cadena rival- en más de una ocasión. Y la forma más sencilla es, por supuesto, a través del color rosa. El fucsia se asocia desde entonces con ella y con sus fieles defensores, la 'marea fucsia', y en contraposición nación también la 'marea azul', los defensores de Antonio David Flores, Olga Moreno o Rocío Flores.
"Ese color es mío, no es de Blas"
Y en este programa número 9 emitido el lunes 4 de marzo de nuevo este color volvió a hacer acto de presencia en 'Bake Off'. Fue durante la última prueba, la 'prueba fantasía', en la que los seis concursantes que quedan tuvieron que hacer una tarta que emulase un cuadro de uno de sus pintores favoritos. Rocío Carrasco escogió 'El Guernica' de Picasso. En cambio, antes de descubrir la prueba, se encontraron con un caballete en sus cocinas cubierto por una tela de diferentes colores.
Y si bien la de Rocío Carrasco era azul turquesa, la de Blas Cantó era rosa fucsia a juego con la camisa que vestía además en ese programa. "Ese color es mío, no es de Blas", era la reacción de la hija de Rocío Jurado la verlo. El cantante, gran amigo de Rocío Carrasco aprovechaba para hacer una broma con la serie documental. " Blas Cantó, pintar la verdad para continuar en el programa ", decía entre risas con su compañera y con Alba Carrillo, la otra buena amiga -Terelu ya no está en las cocinas-.