La noche del 13 de octubre se emitió en Telecinco un nuevo debate de 'Gran Hermano VIP 7'. Como en anteriores ocasiones, se preguntó a los espectadores a través de una encuesta si las nominadas de la semana, en este caso Adara, Irene Junquera y Estela Grande, tenían que contar con un mensaje de ánimo del exterior. Con un 91%, la audiencia decidió que sí. Mientras que Irene y Adara recibieron el apoyo de sus madres, quedaba saber quién sería la persona encargada de hacer el alegato de Estela. Para sorpresa de todos, la voz de Diego Matamoros resonó en el salón de la casa de Guadalix de la Sierra.
"Deja atrás la gente que ya no está en el concurso"
Nadie imaginaba que Diego Matamoros fuera la persona que entrase a defender a Estela. Después de haber protagonizado un 'polideluxe' hace unas semanas en el que llegó a afirmar que no recibiría a su mujer en el plató de 'Gran Hermano VIP' cuando saliera expulsada o que incluso estaba meditando la idea del divorcio, las cosas parece que están cambiando.
El hijo mayor de Kiko Matamoros no solo declaró su amor incondicional a su mujer, al decirle hasta en dos ocasiones " te quiero mucho, tú y yo, siempre ", sino que también hubo tiempo para lanzar algún que otro mensaje relacionado con su especial amistad con Kiko Jiménez. " Mi consejo es que dejes atrás la gente que ya no está en el concurso ", le decía con tono serio a Estela, que no hacía más que sonreír mientras escuchaba a su marido. " No sabes cuánto lo necesitaba. Te quiero, Diego ", le agradecía la concursante el mensaje.
Kiko Jiménez: "A mí el mensaje me ha encantando"
Desde el plató de Telecinco, los colaboradores que suelen comentar el reality no quisieron perder la ocasión de hacerse eco de lo que había ocurrido. Una de las más críticas fue Belén Esteban, que estaba anonadada de las palabras dedicadas por Diego Matamoros a su mujer después de la dureza que mostró el día que se sentó en 'Sábado Deluxe'. Por su parte, Kiko Jiménez no dudó en afirmar que "a mí sinceramente (el mensaje) me ha encantado", estallando de risa el resto de tertulianos porque parecía, por su cara, que ni él mismo se creía lo que estaba diciendo.