No ha hecho falta esperar demasiado para que los espectadores sean testigos del primer drama de la edición. Lejos de ser la ruptura de una pareja, este drama va un poco más allá, ya que el protagonista de todo es Horus, el perro de Diego y Lola. Ambos habían formado lo que consideraban una familia, vivían juntos y tenían un perro en común al que ambos adoran.
Sin embargo, el problema viene cuando la situación entre ellos se empieza a poner fea, puesto que si se produce una separación ese perro tendrá que tener un dueño y, para desgracia de Lola, parece que ya lo tiene. La joven ha sido la que se ha mostrado completamente destrozada al darse cuenta de que está empezando a sentir algo por el tentador Simone y lo que esto puede conllevar.
Lola habla de Horus con un cariño tremendo y así cuenta en 'La isla de las tentaciones' cómo llegó a sus vidas: "Desde que estoy aquí no dejo de pensar en mi perro. Se lo regalé a Diego por su cumpleaños". Esto es un dato de lo más revelador porque, teóricamente, el perro sería del joven. Precisamente por esto, el gran miedo de Lola no es perder a Diego, sino perder a Horus: " Yo a Diego le quiero mucho, pero si lo dejo con el por x razón no me voy a morir porque sé tirar para adelante sin un hombre pero el perro tía...".
Diego lo tiene clarísimo
Lola ha seguido comentando con sus compañeras lo mal que lo pasaría si se queda sin perro, algo que Lucía no comprende del todo, en el sentido de estarle dando más importancia a separarse del perro que de su pareja. Por eso, Lola está destrozada: " Si Diego ve algo que no le gusta va a quitármelo de golpe para hacerme daño porque es rencoroso y vengativo. Se rompe una familia. Que hombres hay muchos, pero el perro...él solo es él. Nunca voy a tener un perro igual, es casi humano ".
Pues todo apunta a que la preocupación de Lola es más que entendible puesto que Diego ya ha podido ver las imágenes de su novia tonteando con Simone, cosa que no le ha sentado nada bien. Además, ha podido ver a Lola hablando del tema del perro y el participante lo tiene clarísimo: "Lo del perro pues, obviamente, el perro está a mi nombre y si se lía con el chaval este el perro es mío y el perro se queda conmigo, obviamente".