Ya no queda nada para conocer quién será el ganador o ganadora de la segunda edición de 'Secret Story' por lo que los concursantes están afinando al máximo para llegar lo más lejos posible. A esto se le suma el juego de las esferas, pues uno de los concursantes puede irse a casa con 50.000 euros en el bolsillo, una cantidad de lo más generosa por acertar secretos durante la edición.
Pues bien, durante la última gala ya iba a quedar cerrado el tema de las esferas y Rafa vio como perdía las que tenía en un momento. Marta fue la que apretó el pulsador la noche en la que lo activaron y decidió pulsar por el secreto de Rafa, pues era el concursante que más esferas tenía y con el que peor relación tiene. Por esto, durante la gala del jueves 24 de marzo vivieron su cara a cara, algo que fue muy corto.
El secreto por el que Marta apostó fue 'Mi jefa rompió su matrimonio por mí', y lejos de esperar a hacer el careo, Rafa confesó que era el suyo: Sí que lo es, ya te lo digo yo". Carlos Sobera se sorprendía ante la facilidad con la que Rafa había confirmado el misterio: "Yo esperaba de ti un poquito de resistencia, hacemos un careo, afinamos un poco con Marta. Has entregado la cuchara a la primera".
"Lo que es es. Yo sabía que si yo no pulsaba, cualquier persona que pulsara iba a ser yo. Osea que ya está, no pasa nada", le decía al presentador con esa divertida forma de expresarse que tiene. El concursante explicaba la historia: " La historia es que cuando trabajaba de frutero tuve una historia con mi jefa de zona y rompió su matrimonio por mí. Se hizo un tatuaje con mi nombre y cuando compréis calabacines los laváis antes de coméroslos".
La sorpresa del presentador
Tras escuchar la explicación del secreto, Carlos Sobera se quedó con el detalle del calabacín, algo bastante sospechoso, por lo que el presentador no dudó en decirle lo siguiente: "¿Perdona? ¿Por qué hay que lavar los calabacines cuando los compremos antes de comerlos?". El concursante decía: "Eso es una coña. Que fue una historia súper bonita que duró un año, que nos enamoramos y que estuvo muy bien. Ya está". Por último, Sobera le recordaba lo bien que le iba a ir en el amor: "Afortunado en el juego desafortunado en amores. Como a ti te ha ido mal en el juego tienes que tener amores ahí...".