Porque le apetece
"He venido porque me ha apetecido, es mi familia y tengo todo el derecho a venir, quien lo quiera entender, que lo entienda, y quien no lo quiera entender, que no lo entienda", ha zanjado, asegurando que ese era el único motivo de su asistencia y dando el tema por cerrado. Rocío Flores se ha mostrado, en todo momento, muy seria con la prensa, sin querer entrar en detalles y huyendo de los micrófonos que antaño tanto quería: "No voy a comentar nada". Sin embargo, el verdadero enfrentamiento de Rocío Flores con los reporteros ha llegado cuando ha tenido que responder a Kiko Calleja, enviado de 'Sálvame', con quien la hija de Rocío Carrasco no mantiene muy buena relación: "No tengo nada que hablar con 'Sálvame'. Te lo agradezco, estoy aquí porque al final soy una persona educada y me da hasta cosa girarte la cara, pero no tengo nada que decir".
Así, Rocío Flores muestra su enemistad con la prensa y su deseo de no hablar con los reporteros. Tampoco ha querido responder a las preguntas de cómo está llevando la separación de su padre y su exmujer, Olga Moreno, así como la tensa relación que esta última mantiene con su familia. A la pregunta de si es culpable de algo, Rocío Flores ha respondido con tono irónico que ella tiene la culpa "hasta de vivir".
Los frentes abiertos de Rocío Flores son muchos, por eso se ha cuestionado tanto cada uno de sus actos. De su presencia a la inauguración del homenaje a Ortega Cano, muchos han deducido que podría haberse tratado de un "zasca" a su madre, Rocío Carrasco, especialmente después de no asistir a la inauguración de otro museo de una persona muy cercana a ella: su abuela, Rocío Jurado. Al ser preguntada por esa posibilidad, Rocío Flores se ha mostrado muy sorprendida y un tanto desconcertada, negándolo y asegurando que el único motivo de su asistencia era el mostrar su apoyo a Ortega Cano.