Alonso Caparrós fue el encargado de hacer de anfitrión durante la tercera entrega de 'Ven a cenar conmigo: Summer Edition' y recibió amablemente a todos sus invitados abriéndoles las puertas de su casa. Los primeros en llegar fueron Carmen Alcayde, Rafael Amargo y Oriana Marzoli, que esperaron pacientemente a Mónica Hoyos mientras tomaban un refrigerio sentados en el cómodo sofá tipo cheslong del presentador. Sin embargo, parece que a unos les entusiasmaba más que a otros la pronta llegada de la actriz peruana, que no termina de caer en gracia a todos los concursantes.
De hecho, Amargo confesó sin ningún tipo de tapujos que preferiría cenar solo con la compañía de los otros 3 comensales porque así "hubiera habido como más armonía" entre ellos. El bailarín apuntó que cuando Hoyos y Alcayde se juntan tienen "algo raro en el sentimiento encontrado de las dos". La que fuera presentadora de 'Aquí hay tomate' reconoció que podía tener algo de razón y argumenta que lo que ocurre es que se multiplican y es "como su hubiera dos Carmenes o dos Mónicas".
La valencia se mostró comprensiva y reconoció que ella tampoco sería capaz de soportar a dos "Rafaeles" o a dos "Orianas". Pero lo que parecía un comentario sin pizca malicia acabó desertando la furia de la ganadora de '¿Volverías con tu ex?', que cargó duramente contra Alcayde lanzándole un dardo más que envenenado: " Oye guapa, que yo no piso a nadie ni quiero llamar siempre la atención ". La cara de la presentadora era todo un poema y la exsuperviviente intentó rectificar admitiéndole que ella 'era un pelín más natural' que Mónica Hoyos.
Hablando de la Reina de Roma...
Por la puerta asoma, literalmente, y más tarde que pronto la actriz peruana se acabó presentando en la casa de Alonso Caparrós. Como si los hubiera estado escuchando, la ex de Carlos Lozano entró como un terremoto prediciendo que sus compañeros habían aprovechado su ausencia para criticarla. "Hemos dicho que menos mal que llegas la última porque las dos juntas (señalando a Carmen Alcayde) sois un show", confesó sin miedo Rafael Amargo. La tensión empezó a notarse rápidamente en el ambiente, pero el anfitrión ejerció bien su labor y rápidamente propuso un brindis para quitarle un poco de hierro al asunto y que no hubiera "más mal rollo" esa noche.