Una de sus confesiones más sorprendentes es que ha llegado a gastarse dinero en mantener relaciones sexuales con otras féminas: "He pagado por sexo, en viajes a Ámsterdam, mientras viajaba con mis parejas. He experimentado mucho sexualmente, pero siempre necesito un vínculo fuerte. He contratado mujeres con ellos. Soy muy curiosa". Cabe señalar que otra disciplina en la que ha destacado ha sido esta, porque además es sexóloga.
Y todo lo anterior cabe sumar lo siguiente: "También iría a un prostíbulo de muñecas con mi pareja. Por ver, nunca he estado en ninguno. En principio no me pone la idea, pero bueno". Para ella el sexo es algo sagrado: "Me lo tomo muy en serio. En mi cuerpo, que es mi templo, entra quien yo decido. Me cuesta mucho hacerlo porque sí o con desconocidos".
¿Qué es para ella el sexo?
Y ha revelado un secreto insospechado: "Yo es que me corro por la noche. Cuando estoy soñando, durmiendo y soñando, tengo orgasmos sola. Ya estoy calibrando mi equilibrio. Yo aspiro a hacer esto en la vida real, sin soñar. Es natural y no tiene mérito, pero es así". En cuanto a la manera de aprender sobre el sexo, dice que hay que ir más allá, no hay que centrarse en el porno, porque hay un problema con la hipersexualización".