El actor ha contado cómo se tomó su diagnóstico y cómo se sintió en el momento en el que conoció su enfermedad.
Fue el 15 de agosto de 2020 cuando Dani Rovira hizo saber que se había curado del linfoma de Hodgkin que le había sido detectado en marzo. En todo ese tiempo ha tenido que pasar varios baches, aunque ha sabido reponerse, mantenerse fuerte y sobre todo optimista para lograr su recuperación.
El actor contó que se dio cuenta de que algo no iba bien cuando se notó un bulto en la clavícula, aunque nunca había hechos saber cuál fue su reacción en el hospital cuando supo sobre la enfermedad que padecía. El humorista ha concedido una entrevista a Cadena SER y ha sido ahí donde lo ha contado. "Ese día ni conocía ni sabía quién era ese tal Hodgkin. Cuando me llamaron, puse a grabar el móvil para no perderme nada y poder contarle luego a una amiga mía que es médica lo que me han dicho", ha comenzado diciendo. Para decirle su diagnóstico le metieron tres médicos con mascarilla en una sala pequeña.
"Cuando me presentaron al oncólogo ya fui más consciente. Hasta ese momento pensaba que podía ser cualquier otra cosa, el cerebro no está preparado para eso", ha añadido. El actor ha aprovechado para contar que tiene tendencia a desmayarse, y es por eso que se mareó cuando comenzaron a contarle todo su diagnóstico con detalle y todo lo que le iban a hacer. Usó THC durante la quimio
De esta experiencia ha seguido diciendo: "Me tumbé. Perdí el conocimiento y todo. Luego al rato me desperté, fuimos al quirófano a hacer la biopsia". Y una de las curiosidades que ha revelado es que durante el tratamiento de quimioterapia empezó a usar THC, es decir, uno de los cannabinoides más importantes de la marihuana y que tiene muchas propiedades medicinales. "Te alivia las nauseas, los vómitos, los dolores y te da ganas de comer. Entre la balanza de estar hecho un trapo y estar medio pedete, elegir medio pedete. Me tiré un proceso de recuperación que ya os contaré las historias entre dragones y mazmorras", ha dicho sobre sus efectos.