Su vida con guardaespaldas, su broma favorita, los castigos en Inglaterra... Las confesiones de Victoria Federica

'El Hormiguero' comenzaba la semana con una invitada muy especial: Victoria Federica. La hija de la Infanta Elena llegaba al programa de Pablo Motos para hacer su primera entrevista en la televisión. Coincidiendo con el día de su cumpleaños, Victoria Federica entraba al plató dispuesta a hablar de su paso por 'El Desafío', ya que está entre las concursantes de la nueva edición, que se estrenará próximamente y de la que Pablo Motos tenía algunos vídeos preparados.

Victoria Federica durante una de las pruebas de 'El Desafío' | Antena 3

Repasando algunas de las pruebas a las que se ha tenido que enfrentar Victoria Federica en 'El Desafío', la nieta del Rey Juan Carlos confesaba estar muy orgullosa de haber participado, ya que ha superado muchos miedos. "Me he superado a mí misma en muchísimas cosas. He hecho cosas que en la vida pensaría que haría ", dijo Victoria Federica durante su entrevista con Pablo Motos. Su paso por el concurso dio para hablar de muchos momentos, aunque el presentador quería conocer un poco más a Victoria Federica en su vida privada y le hizo algunas preguntas menos comunes.

Sus confesiones más personales

Desde que nació, Victoria Federica ha estado en el foco público y eso era algo que le creaba mucha curiosidad a Pablo Motos, que quiso saber qué es lo primero que haría si fuera una persona anónima. " Me daría un buen paseo por Madrid sola ", respondió muy convencida de su respuesta Victoria Federica, que desde que nació estuvo acompañada en todo momento por dos guardaespaldas hasta que cumplió la mayoría de edad. "Lo viví bastante bien y a la vez un poco agobiada sí que me sentía, pero yo los adoraba y de hecho, a día de hoy sigo teniendo relación con ellos ", confesó Victoria Federica sobre cómo ha sido estar con escoltas en todo momento.

Victoria Federica en 'El Hormiguero' | El Hormiguero

Lo cierto es que se acostumbró a estar con ellos y cuando llegó el día de separarse, tuvo un despiste. Fue el día de su cumpleaños, cuando Victoria Federica tenía que ir a un lugar y al llegar llamó a sus guardaespaldas para que fueran con ella, pero se dio cuenta de que ya no tenían que acompañarle a los sitios. Mientras recordaba sus años siendo menor de edad, también habló de su etapa como estudiante. Y es que, aunque confesó no haber sido la mejor estudiante, tampoco habría sido la peor. Eso sí, las bromas han estado siempre presentes en su vida y no solo con amigos y familiares, sino también durante su etapa en un colegio interno de Inglaterra.

Según contó Victoria Federica, " le castigaban mucho " y en el colegio tenía bastantes problemas con la directora, a la que le gastaba bromas con frecuencia. La directora tenía un perro que normalmente estaba en la oficina, así que ella iba hasta allí para sacarle un rato. "Cuando no me veía, le abría la puerta para que el perro fuera libre un rato ", confesó Victoria Federica desvelando uno de los momentos que más recuerda de su paso por el colegio.

Su broma favorita

Lo cierto es que Victoria Federica es una apasionada de las bromas y sus amigos tienen que estar pendientes, ya que en cualquier momento les puede sorprender con una de sus ideas. Eso sí, si tiene que elegir su broma favorita, eso son los cigarros con petardos. Una broma que han sufrido muchos de sus amigos, a los que además graba para poder disfrutar del momento después de que haya ocurrido. Y es que, según contó en la entrevista, disfruta mucho viendo el momento en el que explota el petardo en el cigarro mientras sus amigos se lo llevan a la boca.

Victoria Federica enseña la broma del petardo | Antena 3

"Todos los años en navidades me voy a la Plaza Mayor, que hay unos puestos de bromas. Ahí compro mi cargamento para todo el año ", dijo entre risas Victoria Federica, que siempre lleva uno a mano por si surge el momento de gastar la broma. De hecho, lo demostró en directo, enseñando cómo es el proceso para meter el petardo en el cigarro y que explote. Aunque, no contaba con que explotara cuando menos se lo esperaba, ya que, al no fumar, pensaba que hacía falta que alguien se llevara el cigarro a la boca, pero a los segundos se dio cuenta de que no era necesario y que según se encendía con el mechero, se activaba el petardo.