La curva del Maestro Joao comenzaba con su infancia, momento que no fue demasiado fácil porque vivió en la pobreza junto a su madre, varias tías y sus hermanos: "Yo tuve una niñez pobre, pero no era infeliz, era solamente pobre. Vivíamos en una chabolas en el barrio San Pascual, no teníamos ni cuarto de baño, pero yo era feliz. Mi padre era mi padre, pero mi madre y mi padre fueron mi madre. Mi padre estaba en casa, pero no, la que luchaba era mi madre".
Rápidamente pasó a contar que empezó a trabajar cuando tan solo tenía 13 años para poder ayudar en casa y fue en este momento cuando lanzó algo que se desconocía: "Había una persona que era un poco conocida y esa persona abusó de mí. Yo tenía 14 años y él unos treinta y tanto, se dedicaba a la canción. Falleció hace tiempo". Además, el concursante siguió relatando la delicada situación: "Era la calle General Ricardos. Entré en un sitio muy oscuro y me empujó, nunca he relatado ese hecho a nadie. Yo llevaba un peto vaquero con un blusón encima".
Pero no solo tuvo que hacer frente a una situación tan complicada para cualquier persona, sino que también cayó en las adicciones fruto de esa vida desordenada y nocturna: "Yo he tenido todos los excesos, yo era un exceso en sí, si se inventaba un exceso yo ya lo había probado. Sí he tenido problemas con las drogas, he llegado a desayunar whisky. Hacía actuaciones, cantaba, bailaba, tenía cierto éxito pero como dicen lo que se gana cantando, cantando se va. Creo que quería olvidar todo y tener una vida que no era la mía, quería volar".
Así salió de todo lo malo
Maestro Joao siguió hablando de su complicada vida y explicó que el amor le salvó de muchas situaciones: "El amor me llegó de manos de una persona que falleció, fue mi gran amor. Él me ayudó muchísimo, lo he amado 20 años de muerto, hasta que llegó a una persona que me ha pedido que no lo nombre. Daría mi vida ahora mismo por ese hombre. Tras una gala me dejó para siempre, era la felicidad más grande, pero fue terrible porque yo le había hecho un daño enorme", contaba sobre un misterioso hombre del que no dio más datos.
Pol Badía también salió en la curva de la vida del Maestro Joao y hablaba así de él: "He sido feliz cuando a ratos la vida me ha dejado. Después de eso apareció Pol, casi era un juego para mí, yo no creía nada en Pol. Me escribieron 50.000 Pols, pero lo de Pol fue muy bonito, fue muy gran niño. Es tan inocente que es torpe". Pero sin duda, fue su madre la que logró sacarle de la mala vida: "Cuando veía el sacrificio que le causaba a ella me di cuenta de que no podía quitarle la vida a quien me la había dado. Dejé todo y me fui a trabajar al gabinete de mi querido Rappel. Si mi madre ha podido dejar la vida por mí, yo puedo dejar un whisky y dos".