Los concursantes de 'Supervivientes 2018' no ganan para disgustos y es que si, hace tan solo unos días recibían una penalización por la que se quedaban sin dos latas de comida cada grupo por haber hablado en momentos en los que no tenían permiso a través de la valla con sus compañeros, ahora han estado a punto de quedarse sin algo importantísimo.
El antiguo lado salvaje llevaba varios días sin fuego y optaron por llevar a cabo una de las peores opciones: la de hacer trampas. Las cámaras grabaron a Sergio Carvajal charlando con Sofía Suescun y haciendo como que encontraba por casualidad un preservativo en su chaqueta. El concursante comentaba que no se acordaba que lo tenía ahí y optó por hacer fuego con él, algo que no está prohibido.
El preservativo de la discordia / Foto: telecinco.esTodos se pusieron muy contentos pero la cosa cambió al llegar a la gala. En esta se pudieron ver unas imágenes en las que una inspectora de la organización les preguntaba a los miembros del otro grupo si no les faltaba ningún preservativo, siendo este el que tenía el otro equipo. Ellos demostraron que no, pero el engaño se quedó en el aire. En directo, Jorge Javier Vázquez preguntó a los concursantes del antiguo equipo salvaje de dónde había salido ese preservativo y dijeron que de la chaqueta de Sergio Carvajal.
Tras varias preguntas e insinuaciones por parte de Jorge Javier Vázquez y caras de 'mentir' entre los concursantes, salió a la luz la verdad. "Pueden mirar los vídeos", decía el influencer con cara de circunstancias. El presentador insistió con Isabel Castel que terminó diciendo que a ella "personalmente" nadie le hizo llegar un preservativo.
Sergio Carvajal, el verdadero autor de la trampa / Foto: telecinco.esLa confesión y la sanción
La pregunta del presentador sobre si una de las 'asilvestradas' había entregado un preservativo a los concursantes hizo que Sergio Carvajal se viniera abajo y confesara que habían lanzado un preservativo desde el 'mirador'. Francisco apuntaba que a él y a Alberto Isla les había parecido muy mala idea, por lo que se distanciaban un poco de los demás. La sanción estuvo en manos de la audiencia a la que se preguntó si querían que se les apagara el fuego o no. Finalmente, tuvieron suerte y la audiencia quiso que les dejaran el fuego encendido.
