Y parece que su acogida, celebrada la semana pasada, no ha ido nada mal, consiguiendo una expectación de 2.3 millones de personas. Ahora, y tras superar los miedos de su tan esperado estreno en las noches de Telecinco, las Campos inauguran la segunda entrega del que su presentadora, Carlota Corredera, se ha atrevido ya a catalogar como "el programa del verano". Amigos, tertulianos y especialistas de televisión han querido también mojarse, previamente al lanzamiento de esta emisión, para evaluar cada uno de los asuntos tratados en este nuevo episodio.
De nuevo, María, la empleada del hogar de María Teresa Campos, ha vuelto a tener protagonismo en la pequeña pantalla. Y es que, si ya la semana anterior se mostraba natural y hacía ver su lado más dulce y servicial con su "señora", la periodista Campos, en esta ocasión se ha podido descubrir también el trato que las amigas de la misma reciben de ella. Asimismo, se abre un hueco para la intimidad de las protagonistas con su círculo más cercano de amigas. Comidas, juegos, confidencias... Todo lo que forma parte del día a día de Terelu y María Teresa Campos al descubierto.
Además, el perfil de Bigote Arrocet se ha vuelto a ver, una vez más, envuelto entre los hábitos de madre e hija. Aunque, por su parte, también ha habido tiempo suficiente como para deleitar a los fieles de estas dos celebrities con algunas de sus más profundas y especiales obras y aficiones. Así, con la miel entre los labios y con titulares que hacían, más o menos, entrever lo que minutos más tarde ocurriría en el programa, es como ha dado comienzo esta segunda parte de 'Las Campos'. Un nuevo pistoletazo que preocupaba, en cierto modo, a la colaboradora de 'Sálvame' pero que, finalmente, ha sabido cumplir con los objetivos de ambos personajes.
Terelu Campos y la lucha contra su físico
Y de ello también ha querido dejar constancia el periodista Luis del Olmo quien, a través de una intervención en vídeo, ha querido agradecer a Terelu el valor de hablar con tanta naturalidad sobre ciertos temas tabúes, como los problemas de sobrepeso. "Con esos kilos de más merece la pena seguir viviendo", comentaba. Y es que, sin duda, el físico ha pasado a formar parte de una de las mayores torturas diarias para Terelu. Hasta tal punto que ha querido compartir, tanto con el programa con con sus seguidores, una de sus visitas al médico más especiales e importantes.
Allí, la que un día fuera pareja de José Valenciano, se ha sometido a un análisis exhaustivo de ADN, para ayudarle a solucionar ciertos conflictos con su imagen. Un enfrentamiento con la dura realidad que le ha ayudado a encontrar el origen de su sobrepeso. Y como protagonista, una máquina especializada que analizaba la composición de su cuerpo por segmentos. Sin embargo, y aunque los resultados de dichas pruebas tuvieron que esperar hasta mitad del programa, las primeras indicaciones del especialista llegaron con la necesidad de incluir en su día a día una rutina de deporte.
Un hábito que durante un tiempo formó parte de la vida de Terelu pero que, poco a poco, -aseguró ella misma- fue perdiendo. Y así es como la colaboradora de Sálvame parece que ha decidido retomar sus clases de boxeo, una doctrina a la que estuvo realmente entregada durante su noviazgo con Valenciano. Un regreso al 'ring' que aterriza de la mano de nuevas modas para quemar calorías, como son las clases de zumba. "Requiere sacrificio, y el que diga que no miente. Yo he notado que me moría", aseguraba Terelu tras dar sus primeros golpes al saco después de tanto tiempo.
Pero a pesar de las penurias que han caracterizado su vida, Terelu también se siente una persona muy querida por los suyos. "Eres una persona muy valiente", le confesaba su madre en directo. Y ya no sólo por el apoyo que tanto su madre como su hermana, Carmen Borrego, le han brindado a lo largo de sus 50 años, sino también gracias al cariño de todas sus amigas. Con ellas, la naturalidad y la espontaneidad de Terelu siempre se presenta rebosante, sobre todo durante sus inconfundibles "comidas de chicas", a las que no falta desde hace 16 años.
Es allí donde las risas, las bromas y las complicidades se apoderan de cada una de ellas. Pero también, algún que otro exceso alimenticio. Así lo deja caer Terelu, al menos, a la hora de elegir sus platos en el restaurante, mostrándose fan de la mayonesa y de las judías verdes con jamón y foie. Alimentos no muy aconsejables para llevar a cabo una vida sana y que, días más tarde, el médico se vio obligado a retirar de su dieta, con los resultados de los análisis ya presentes: "Esto es una enfermedad, eso es lo primero", comenzaba así la doctora.
"Hemos encontrado cinco mutaciones que influyen a tu organismo, como tendente a acumular las grasas en ocasiones de estrés. Interesa restringir las grasas", aconsejaba la doctora finalmente. Y tan a rajatabla se lo tomó Terelu que, tras llegar a su casa, decidió vaciar todo su frigorífico y sacrificar aquellos alimentos "prohibidos", aunque al final del programa se atrevió a confesar que los quesos habían vuelto a las baldas del refrigerador. Porque, muchas veces, la gula acaba venciendo a la fuerza de voluntad, dejando imágenes tan delatadoras como las de Terelu comiendo churros en plena calle.
"Como me saquéis comiendo esto os pego una hostia. Ya no me acordaba ni a qué sabía", declaró la protagonista casi con la boca llena. Aunque la felicidad de un buen bocado no dura para siempre. Y es por motivo de esos excesos por los que, quizás, la hija de María Teresa Campos haya decidido ocultar su cuerpo a las altas temperaturas del verano. "Terelu no se pone bikini, por lo menos, desde hace tres años", confesaba su hermana Carmen Borrego, mientras Terelu hacía saber que "nunca he hecho topless en mi vida". Aún así, su belleza parece ser admirada y reconocida por muchos de sus fans.
Una vida llena de desamores
Así, por lo menos, lo descubríamos en una de sus visitas al mercadillo en la que, además de grandes dosis de cariño por parte de todos los viandantes, pudo llevarse a casa piropos de la talla de "cada día estás más guapa" o "eres más guapa en persona que en la tele". Algo que Terelu parece agradecer de todo corazón. ¿De qué forma? Pagándoles con el mismo afecto con el que es recibida en, prácticamente, cualquier lugar. "Yo soy agradecidísima con la gente porque lo que tengo lo he conseguido con mucho trabajo y esfuerzo, pese a que le pese a algunos. Pero no sé si volvería a dedicarme a esto", declaraba en directo.
Además, fue allí, en el mercadillo, donde la Campos se lanzó a protagonizar una de las escenas más destacadas de toda la noche: la compra de unas bragas en pleno mercadillo. Tanto el hecho en sí como su conversación con la vendedora se convirtieron en las grandes anécdotas de esta segunda edición de 'Las Campos'. "Yo las bragas grandecitas, para que no se me bajen. A mí me gusta que me queden altas. Yo de dibujo nada, yo las llevo todas horrorosas. Tanga no me pongo yo ya", daba así a conocer una de sus más íntimas prioridades. Detalles que poco a poco fueron a más y que se metieron de lleno en la famosa "comida de chicas".
Esa mañana también hubo tiempo para confesiones de todo tipo, algunas incluso salidas de tono. Una de ellas, por ejemplo, fue el momento en el que Terelu recordó a sus amigas la necesidad de organizar una cena de pinchos: "Es importante que el pincho quepa en la boca". Un comentario que, por supuesto, vino acompañado de bromas e insinuaciones: "Igual te metes tú en la boca lo que yo no me meto desde hace un siglo", le respondía así la hija de María Teresa Campos a una de sus amigas. Y así, entre una cosa y otra, fue como llegó el turno de hablar de parejas.
"Chicas tenéis pareja, vuestros maridos tienen amigos... ¿No hay ningún hombre para presentarme a mí?", le preguntaba a las chicas, aunque más tarde aseguró en el programa que "yo estoy divinamente sola, y lo digo en serio. ¡Que yo no quiero un tío!". Y es que si hay algo que caracterice la vida sentimental de Terelu es, sobre todo, su inestabilidad, protagonista de numerosos fracasos amorosos. Sus amigas, y también su hermana, están convencidas de que el problema está en la necesidad que ella siente de encontrar a alguien rápidamente: "no se ha curado de una cuando ya se ha metido en otra. Esa necesidad es la que le hace daño".
Pero para eso están las amigas, para levantar los ánimos cuando una lo necesita. Y en el caso de Terelu, tanto Kike Calleja como el resto de la cuadrilla de chicos también juegan un papel importante. Hasta tal punto de llegar incluso a surgir el amor entre algunos de ellos, como ocurrió con el reportero de 'Sálvame' hace unos años. Así es como Terelu lo hacía saber, unos meses atrás, en una de sus intervenciones en el programa 'Sálvame Deluxe'. Sin embargo, si hay algo que verdaderamente llegue a molestar en la vida de la Campos es la presencia de los paparazzi, algo que su madre parece tomarse con cierto humor y normalidad: "Es una parte del trabajo que nosotras hacemos. Hay días que estarás más tranquila que otros".
María Teresa Campos y Bigote Arrocet: el tándem perfecto
Algo que muchos catalogan como "el precio de la fama". Un riesgo que, por supuesto, se acepta inconscientemente a la hora de formar parte del panorama público. "La fama te lleva a tener una responsabilidad. Todo lo que haces puede ser magnificado. Me da pena, por ejemplo, no poder bañarme en la playa, pero las consecuencias pueden llegar a ser peor", asegura Terelu, mientras su madre se arriesga a confesar que lo que peor lleva son las aglomeraciones. Es allí, en la calle, donde todas las miradas se tornan hacia una sola dirección: uno mismo. Por ello, su casa, sus amigas y, en el caso de María Teresa Campos, su pareja pasan a forman parte de su refugio preferido.
Porque para la matriarca, la tradición de reunirse con las de siempre también la lleva arrastrando desde hace 12 años. Juntas se atreven a jugar a las cartas y tomarse alguna que otra copita de vino, siempre bajo el cuidado y la atención de la gran María. Para aquellos que no la conozcan, se trata de la empleada del hogar que lleva acompañando a María Teresa Campos desde hace nada más y nada menos que 12 años: "un secundario de lujo que se convirtió en protagonista accidental -la semana pasada-", según Carlota Corredera. De esta forma, en un ambiente de intimidad y serenidad, es como la actual diseñadora de zapatos también se ha atrevido a hablar de sus brillantes diseños.
Un proyecto que veía la luz hace pocos meses y cuya inspiración pareció surgir gracias a su pareja, Bigote Arrocet. Fue él quien animó a Campos a dar el gran paso final, ya que ella "no quería complicaciones". ¿Y por qué una colección de zapatos? Su sótano tiene la respuesta, ya que allí guarda y conserva una colección exclusiva de dichos complementos. En total, 50 pares de zapatos entre los que no falta ni el más mínimo detalle: "Yo he tenido que ir a muchos actos y ese zapatos especial que he comprado para ese día, yo lo he conservado. Cuanto tienes una colección de zapatos de muchos años, de gente importante, hay detalles que puedes sacar. En la moda, es completamente difícil sacar algo diferente", explicaba María Teresa Campos a sus amigas.
Y después de todo este popurrí de intenciones llegaba, como no, el momento de hablar de su relación con Bigote Arrocet. Un hombre alegre al que le gusta diseñar camisetas y que parece haber aterrizado en la vida de Campos como un jarro de agua bendita. Atento, cariñoso, detallista y, sobre todo, estricto con su régimen alimentario. Con el suyo y con el de María Teresa Campos, a quien parece costarle decidirse a la hora de elegir qué comer en un restaurante. Además, la ingesta de carne para Bigote se ha visto reducida a tan solo una vez por semana, comprensible al conocer que durante 25 años ha estado sometido estrictamente a una dieta vegetariana. Sin embargo, esas diferencias entre uno y otro es lo que les hace ser una pareja tan especial.