Por sus venas corre la interpretación y al terminar sus estudios de secundaria comenzó a formarse en dirección y producción, aunque terminó estando delante de las cámaras y no detrás cómo él tenía previsto. Quizá ver desde pequeñito a su padre -y a su madre Florencia Bas y su tía Alejandra Darín- en un sinfín de trabajos le ha hecho contagiarse de ese gusanillo. Y precisamente fue su padre Ricardo Darín el que le puso el cariñoso apodo que ya se ha convertido en su nombre.
De pequeñito empezó a llamarle Chinito y pronto sus compañeros de clase y amigos comenzaron a llamarse Chino. Al final, Chino por aquí y Chino por allá, no todo el mundo sabe que el verdadero nombre del actor es Ricardo Mario. Es más, cuando su padre ha manifestado públicamente lo orgullosísimo que está de la carrera de su hijo, se dirige a él como Chino.
Un orgullo del que habla con la cabeza altísima puesto que se ha currado una carrera que va viento en popa. Su debut se produjo en el año 2010 en la serie argentina 'Alguien que me quiera' y desde entonces su teléfono no ha dejado de sonar, abriéndose un gran camino tanto en su país natal como en España, donde no ha dejado de trabajar desde que participase en 'La embajada'.
Los trabajos que le han consolidado como gran intérprete
Desde ese primer trabajo de ficción muchos han sido los papeles que le han ido ofreciendo y otros tantos los que ha ido aceptando, pero a día de hoy, se podría decir que cuatro son los títulos que le han abierto las puertas de un mundo muy complicado al que llegó como 'el hijo de' y en el que se ha consolidado como, simplemente, Chino.
- 'Los Únicos' Tras su primer trabajo, el teléfono del actor sonó para hacer un pequeño papel en la comedia argentina de 'Los Únicos'. Tras su debut como actor, la argentina Pol-ka Producciones decidió darle un pequeño papel en la primera temporada de la serie con el papel de Dante.
- 'En fuera de juego' Y después de esos dos primeros trabajos llevados a cabo íntegramente en Argentina, llegó 'En fuera de juego'. En la esta comedia, una coproducción de Argentina y España, dirigida por David Marqués, Chino Darín participó junto a su padre Ricardo Darín.
- 'El hipnotizador' Hasta HBO también ha llegado ya Chino Darín. Aunque ya era de sobra conocido, este proyecto se emitió por toda Latinoamérica, por lo que el joven actor se hizo aún más conocido, lo que le abrió todavía más puertas de las que ya se le estaban empezando a abrir.
- 'La embajada' Y llegó su primer gran trabajo en España. Después de haber hecho una primera incursión en España de la mano de 'El fuera de juego', el papel que le catapultó de forma definitiva a la fama fue 'La embajada'. Antena 3 decidió que fuera él Carlos, el galán de su serie, viviendo un enredor amoroso con nada más y nada menos que Belén Rueda y Úrsula Corberó, enamorándose locamente de esta última, que se convirtió en su pareja sentimental.
Tanto les gustó la profesionalidad de Chino Darín que decidieron volver a llamarle cuando se renovó la serie para hacer un papel secundario en la segunda temporada en el papel de Marco Montacuarto. Así, pasó de tres capítulos en la primera tanda de capítulos a 50 en la segunda.
En esta cinta se mete precisamente en la piel de un joven al que todo el mundo quiere, una ficción que más tarde llegó a la realidad cuando se hizo famosísimo. En concreto su papel era el de un joven de 17 años al que pretendía el Real Madrid. Su obsesión era jugar al fútbol lo mejor posible y llegar lo más lejos posible, pero ese mundo es muchísimo más.
Ahora solo le queda que, aunque algunas de las películas en las que ha trabajado están en la otra gran plataforma, Netflix, que le fichen para alguna de sus series y ficciones que tanto éxito tienen.
De hecho tras ese trabajo llegaron otros en España como 'La Reina de España', rodando junto a Penélope Cruz, o los largometrajes 'Durante la tormenta', 'Las leyes de la termodinámica' o 'La noche de 12 años'. Todo ello apenas ocho años después de haber llegado al mundo de la interpretación... Desde luego tiene por delante una larguísima y prometedora carrera delante de las cámaras, y quién sabe si también se anima a ponerse detrás, con lo que realmente soñaba.