"¿Momento de distanciamiento con Federico? A ver, no lo sé"
Uno de los temas a abordar fue precisamente su acutal situación con Fedez. Se había dicho ya que el rapero se había ido de casa, ambos habían reaparecido públicamente por separado -bueno o así los habían pillado los reporteros que los siguen desde hace una semana- y hasta se aseguró que habían tenido un encuentro con sus abogados y que la cosa había sido bastante tensa. Chiara Ferragni, ahora, evitaba pronunciar la palabra 'ruptura' o 'divorcio'. "¿Momento de distanciamiento con Federico? A ver, no lo sé", reconocía.
Lo que sí quiso negar la empresaria italiana era que todo lo que tenía que ver con su matrimonio fuera una estrategia para desviar la atención de la otra polémica que la asola, el 'Pandoro Gate': "Detrás de cada movimiento que hago se piensa que hay un equipo de expertos, pero no es así. No es una estrategia. No hay diferencia entre el mundo real y el virtual", reconocía sobre la forma en la que ella y Fedez quisieron desde el principio llevar su relación de cara a sus seguidores: "La privacidad no existe pero nosotros lo decidimos. Cuando nos conocimos fue un boom en las redes sociales porque cada uno hablaba del otro a su manera".
Por eso ahora mismo solo puede intentar sobrellevar esto con la mayor naturalidad posible que pasa por darse tiempo a sí misma alejada de las redes y ahora refugiándose en sus dos hijos, Leo y Vittoria -pero no en su todavía marido-: "Ojalá supiera cómo salir de esto también. Hay personas que te entienden al 100% y luego hay otras personas que ven algo mal, pero eso es parte del juego de las redes sociales. No puedo hacer mucho al respecto, no existe una varita mágica para eso".
"Se podría pensar que alguien como yo estaría preparada para una ola de odio como esta"
Y esto conducía directamente al otro tema de la noche: su cituación judicial. El pasado mes de diciembre la Autoridad Garante de la Competencia y el Mercado (AGCOM) multaba a sus empresas con un 1 millón de euros por una "práctica comercial incorreacta" por la venta de su famoso Pandoro, el dulce típico navideño en Italia en colaboración con la empresa de alimentación Balocco. Tras esto, otras tres colaboraciones benéficas suyas están bajo investigación por la Fiscalía de Milán por el mismo motivo.
Sobre esto lo primero que destacó fue la virulenta ola de odio que lleva recibiendo desde hace ya dos meses: "Se podría pensar que alguien como yo estaría preparada para una ola de odio como esta, pero nada te prepara para la violencia de ciertos ataques", reconoce. Ferragni vuelve sobre sus palabras y asegura que ella había hecho esta colaboración -de las otras no se pronuncia de momento- "de buena fe", como "una obra de caridad", pero está claro que algo ha fallado: "Si algunas personas no lo entendieron así, significa que las cosas deberían haberse explicado mejor", sentenciaba como había hecho días atrás en su entrevista para 'Corriere della sera'.