Uno de los temas con los que se ha emocionado ha sido al hablar de sus hijos Luis y Amina, fruto de su relación con Genoveva Casanova. "Su madre y yo hemos hecho un tándem muy bueno. Ahí están, ya con 18 años. Me he quitado medio peso de encima", ha comenzado diciendo con mucho sentido del humor, pero la cosa poco a poco ha ido cambiando. Una de las cosas que ha revelado es que costaba reprimir su excesiva agresividad cuando sus hijos eran pequeños, y ha dicho: "Por una travesura de niños me salía el instinto de estamparles". Todo ello lo ha relacionado con los maltratos que sufrió de pequeño, aunque no fueran sus padres, y ha concluido: "Cuando eran pequeños les hablaba como adultos. A mí nunca me contestaron nada ni me dijeron nada. A ellos les di excesiva importancia y protagonismo".
El momento en el que ha llorado ha sido cuando ha recordado su relación con Jesús Aguirre, uno de los maridos de su madre. "Luego yo fui entendiendo su historia. Al principio pensaba que era un monstruo. Pero todo tiene un porqué. Mi madre estaba fascinada. Era un erudito, tan inteligente", dijo cuando rompió a llorar, teniéndose que apoyar en la presentadora, y es que ha recordado que cuando Jesús Aguirre estaba muriendo, él le agarró su mano y fue en ese momento cuando se reconciliaron, le perdonó y entendió la relación tan pasional que su madre tuvo con él. Más allá de esto, ha destacado una cosa que jamás perdonará a su hermana Eugenia, con quien las cosas están más que tensas. Creo que no ha leído el libro. Si lo ha leído de verdad, no te puedes enfadar ante la verdad. No hablo. No quiero hablar del asunto. No quiero entrar en polémica ni que ella se levante en armas. No salgo en mi sorpresa con ella, con los demás... ", añadió.
No cree que pueda limar asperezas
Una de las cosas que sabe es que su relación con sus hermanos está completamente rota, sin embargo, le ha servido la publicación de su libro para entender todo mucho mejor, y ha dicho: "Este libro ha supuesto la ruptura definitiva con mis hermanos pero también me ha hecho saber que tengo uno de verdad. Si mi madre levantara la cabeza se volvería a desmayar para siempre. Ha cambiado el rumbo que trazó 180 grados".