Una expresión que rápidamente recogió Marta Peñate para encararse a ella: "No las has tenido para venir a hablar conmigo", le echaba en cara la canaria asegurando que tenían muchas cosas que resolver entre ellas: "La gente siempre espera que salte yo la primera, pero como me estoy reformando, yo no voy a ser la primera. Soy una nueva Marta". Pero esa nueva y renovada versión de Marta duró intacta un par de minutos.
Tras un vídeo en el que la concursante de 'Gran Hermano' salía hablando mal de Samira a alguno de sus compañeros, reconociéndole a Isa Pantoja que se había acercado a ella por interés -"Ella se imagina que se va a tomar las uvas en Cantora", llegó a decir- y mencionando un viaje a Dubai donde se insinuó que había acudido para ejercer "el trabajo más antiguo del mundo", como dicen en Mediaset, Peñate añadió ya en directo que esta había hablado con ella para intentar acercase a Tom Brusse y llevar a los paparazzis el día que se encontrasen los tres. La tensión era tal que la canaria llegó a amenazar a su compañera con demandarla si sacaba a la luz alguno de los mensajes que se habían intercambiado.
La familia de Marta, el punto de inflexión
Tras esto, y con Marta sin dejar de llorar mientras la apoyaban Tom y Sandra, Samira animaba a sus compañeros que reconocieran en directo si realmente era tan mal como su enemiga declarada quería hacer ver. Antonio Pavón, como pareja suya que es, intentó romper una lanza a su favor asegurando que él no tenía ninguna queja. Pero mientras este hablaba, Samira no podía dejar de llorar cada vez de una forma más escandalosa, como si estuviese sufriendo un ataque de ansiedad, para acabar abandonando finalmente en plató. Tras esto, Marta Peñate pedía respeto para su familia porque "no quieren tener nada que ver con esto de la televisión" y que debería de ser ella la que peor lo estaba pasando por lo que esta le había dicho.