Lomana se encontraba bastante mal antes de empezar la prueba, y es que su tez estaba más pálida de lo normal. Por otro lado, también estaba algo mareada y según fue pasando el tiempo, siento mucha más presión viendo cómo las agujas del reloj se movían y el tiempo pasaba. Cocinar a contrarreloj provocó que acabara desplomándose ante los presentes, que rápidamente corrieron a socorrerla.
A pesar de que la semana anterior se hizo referencia a su falta de actitud, esta vez quería continuar cocinando aunque se encontraba bastante mal. Como la situación fue a peor, fue trasladada fuera de cámaras para ser atendida después de que una médica acudiese a plató. Aunque no pudo continuar, sus cuatro platos de microondas convencieron al jurado para no terminar siendo la eliminada de la noche. Entre tanto, angustiada por todo el revuelo generado, dijo: "Qué horror, qué número estoy montando...".
Un enfrentamiento que continúa
Una de las cosas que continúa estando a la orden del día es su 'enemistad' con Antonia Dell'Atte. Entre ellas existen numerosas diferencias y desplantes y así lo dejaron claro en la prueba de exteriores, puesto que ambas estuvieron en el mismo equipo, consiguiendo ir a la prueba de eliminación por la poca coordinación que existió entre todos. Todo parece indicar que no se entenderán en lo que queda de concurso