"Me gustaría hablar de esto cuanto menos mejor. Los que me conocen bien saben que no estoy bien. No voy a hablar de mi hijo, no voy a hablar de mi nieto, no voy a ir jamás en contra de ellos. Es mi hijo y lo sigo queriendo y lo voy a seguir respetando. A lo mejor él me vio y no se dio cuenta. Yo quiero seguir siendo buena persona, seguir siendo una madre abierta a la reconciliación y una abuela abierta a poder convivir con su nieto. La esperanza no la voy a perder jamás", comentaba.
"Cuando uno tiene la conciencia tranquila siempre tiene que tener esperanza. Ya me gustaría tener un motivo, aunque fuese malo, que fuese que yo me hubiera equivocado, para poder luchar contra ello. Muchas veces el problema es cuando uno no sabe lo que ha hecho o cuando a uno le apartan sin haber motivos graves. Creo que todo volverá a su cauce tarde o temprano. Lo espero, lo deseo, se lo pido a mi madre todos los días y es lo único que tengo que decir, que quiero a mi hijo, que quiero a mi nieto y que los voy a seguir queriendo", continuaba diciendo.
Un mes muy difícil
"Vivo tranquila, tengo que estar bien porque yo tengo una parte de mi familia que sí está conmigo, que sí que me apoya y que me quiere y no se merecen vivir con alguien permanentemente enfadado o amargado, que es mi hija Carmen, a quien le digo que la amo, que no se puede estar portando mejor conmigo, y por supuesto a mi marido y a mi hermana, que somos una piña, que están conmigo a muerte y van a seguir estando conmigo", decía emocionada. "Yo lo único que quiero es que mi nieto sea feliz y mi hijo también", añadía.