Mientras, se encuentran en la cuenta atrás para convertirse en padres por segunda vez, dando la bienvenida a Amaranto. Pese a tener decidido su nombre, de momento desconocen su sexo, algo que ocurrió con su primera hija, Índigo, para quien también tenían un nombre unisex antes de su nacimiento.
La cantante no se hace ecografías ni tampoco se somete a pruebas ginecológicas, por lo que está pasando esta etapa guiada por su fe. Por ello ha sido duramente criticada, pero parece no importarle. "Odio los spóilers. Queremos esperar hasta el día que nazca para saber todos los detalles", ha dicho la cantante, y es que hizo exactamente lo mismo en su primer embarazo.
En cuanto al nombre de su bebé, han revelado que lo eligieron en España en una e las veces en la que estaban a punto de regresar a Miami. "Tenemos una lista de nombres larguísima, pero nunca la hemos usado", ha dicho entre risas Camilo. Se les ocurrió el nombre de Amaranto y quedaron fascinados con la historia mitológica que esconde. "Era una planta que había en un monte y nadie cuidaba, pero estaba siempre florecida, inmortal. Nos gustó mucho ese significado", han comentado. Además, igual que Índigo, el nombre de su hija mayor, es un color, en este caso de la gama de los rojos.
España, la 'tierra fértil'
Su casa es un conjunto de muchas culturas, porque ella es de Venezuela, él de Colombia, viven en Estados Unidos, pero pasan largas temporadas en España, es más, tienen una vivienda en Madrid para estar más cómodos. Y es que este país se ha convertido para ellos en un lugar de referencia. Entre risas, han comentado: "España es una tierra muy fértil". Y estas palabras tienen todo el sentido, porque parece ser que su segundo bebé fue concebido ahí. "Hicimos el cálculo y no solo no hay duda de que son de España, sino que sabemos que son andaluces y tengo una teoría, el tomate de Huelva", ha dicho Camilo.
En este embarazo también han vivido un susto, como han contado, ya que Evaluna se cayó de una hamaca mientras daba el pecho a Índigo. La niña cayó sobre su barriga mientras se deslizaban al suelo, algo que asustó mucho a Camilo. Fue Camilo quien ató las cuerdas de la hamaca un tiempo atrás, y se sintió muy culpable por lo que pasó. Ambos lloraron en el baño minutos después por culpa del susto, pero solo quedó en eso.