El último episodio -el tercero desde su estreno- de la miniserie de 8 capítulos en el que Caitlyn Jenner cuenta a los espectadores cómo ha sido su transición de hombre a mujer y cómo lo está viviendo, fue el más emotivo hasta los ahora vistos. Fue una noche de lágrimas, abrazos y muchas lecciones.
El capítulo estuvo lleno de historias en las que Jenner buscó el consejo y experiencia de sus amigos y la comunidad transgénero, y se apartó de las miradas indiscretas de los paparazzi en una casa junto a sus amigas, a las que reveló sentirse "extraordinariamente cómoda" siendo ella misma.
Éste siempre ha sido algo de lo que el expatriarca del clan Kardashian-Jenner ha preferido no hablar, y por fin decidió confesarse, diciendo que ella ahora y siempre se había sentido atraída por mujeres.
Aunque afirmó también: "Tengo cosas más importantes de las que preocuparme que un orgasmo". También añadió que en este tiempo de su transformación probablemente había aprendido más sobre ella misma y la vida en general que en toda su vida.
Caitlyn se enfrenta a uno de sus mayores temores
Aunque antes de regresar a su casa el exatleta tuvo que enfrentarse a algo que le había dado ansiedad durante los capítulos anteriores: ponerse un traje de baño delante de las cámaras. Optó por un bañador blanco que ella misma había elegido, que estilizada su figura y dejaba un hombro al aire, y no escogió el que le había dicho Kim Kardashian "por tener demasiado escote", dijo.