La hoguera final de Anita y Montoya era la más esperada por la audiencia porque han sido, sin lugar a dudas, los grandes protagonistas de esta edición de 'La isla de las tentaciones 8'. La entrada de Anita a la hoguera ya era triunfal, porque llegaba tirándose por el suelo imitando a su todavía novio en el momento en el que fue a buscarla a su villa. Tras esto, todo fueron gritos y discusiones.
Los dardos fueron constantes y desde el primer momento Anita se mostró muy enfadada con la actitud que había tenido Montoya en su vida, cuando había sido ella la que había caído en la tentación en primer lugar en cuestión de días con Manuel. "Esto ha sido otra cagada mayor. Yo esperaba ver a mi Anita", le decía Montoya. Anita le reprochaba en todo momento que hubiera estado con Gabriela pero él seguía echándole en cara que hubiera caído en la tentación con Manuel desde el primer momento.
"Esto es Anita de 'La isla de las tentaciones', no es mi Anita", le decía Montoya mientras ella le hacía burla. "Por primera vez he pensado antes en mi felicidad que en la tuya", le decía Anita a él. "Desde que entré aquí no te vi", le echaba en cara ella. "¿No querías que jugara? Yo vine aquí para jugar. Tú fuiste la que me preparaste pero para lo que no me preparaste es para lo que has hecho". "Yo caí en la tentación con Manuel porque desde el primer momento en el que entré vi actitudes de Montoya que no lo reconocía en ninguna, tanto teniéndome a mí a la cara en la ceremonia de las citas como en lo demás", decía.
Al empezar a ver las imágenes las cosas comenzaron a salirse de madre todavía más pues aunque Anita veía sus imágenes con Manuel, seguía en sus trece de ir contra Montoya por las actitudes que ha tenido que le habían molestado y por las que había caído en la tentación. Montoya le decía que nada más empezar había comenzado con el tonteo y estallaba contra ella sin remedio: "Qué respeto me tienes. Si los límites me los pusiste tú. Esto me destrozaba", le decía gritando.

"Dime que sientes por él lo mismo que conmigo", le decía Montoya. Mirándose a los ojos, Montoya le preguntaba: "¿Merecía esto de verdad?", a lo que Anita respondía: "¿Y yo?". Montoya le preguntaba que qué era lo que había hecho él, nada más que llorar por ella y ambos volvían a estallar. Anita gritaba y le decía que se había pasado llorando toda la experiencia, que no jugaba ni a los juegos: "Pero es que eso es lo que había que hacer, no ser un mueble, no follar de primera hora. Que te has confundido el rol".
El momento lacrimógeno
Al ver las imágenes de Montoya destrozado, Anita no mostraba ningún tipo de compasión y Montoya no dudaba en gritarle: "¡Pero verlo si me quieres, que eso es un hombre roto, que está roto por ti!". Anita le voceaba: "¡Que está roto por mí pero a los cinco minutos te estás follando a la otra!". "¡Qué quieres, que esté llorando toda la experiencia, que no tenía ni hambre, cojones!", decía agarrándose la pernera del pantalón a puntito de arrancarlo. "¡Que abras tu corazón de una vez, que te has equivocado, que no pasa nada. Que veníamos a jugar y tú te has saltado todas las normas!", le gritaba Montoya. "Y tú también!", respondía ella impasible.

"Eres el amor de mi vida y me has partido como una regañá", decía envuelto en lágrimas. " Yo he venido aquí por ti, para ganar seguridad. Montoya brilla por su esencia, no tenía ganas ni de fiestas y he conocido a todas y he bailado pero yo te pensaba siempre y para mí eras la única y qué mejor que ver a tu novio tentándose con todo si no iba a hacer nada porque te quiero a ti", le decía llorando a Anita. Aquí se le ablandaba el corazón y se levantaba para abrazarlo. Anita insistía en que no le reconocía desde el primer día y que le hubiera tirado por el suelo. Duraron poco las lágrimas y volvieron a gritarse.
El plantón de Manuel
Tras toda esta locura de hoguera llegaba la decisión final de la pareja y Montoya y Anita comunicaban la decisión que habían tomado en torno a su futuro. Se miraban, se decían lo que sentían pero con interrupciones y sin llegar a ningún acuerdo entre ellos. Los dos lloraban desconsolados pero no tenía pinta de acabar en buen puerto y así fue. Montoya era el primero en decir que se iba solo de la experiencia después de encontrar el amor propio. Anita, por su parte, comunicaba su decisión: "Decir con un nuevo amor sería también engañarme porque con Manuel de momento no tengo amor pero sí que quiero seguir conociéndolo fuera", decía.

"Perfecto, queda retratada, me alegro que no te hayas arrepentido pero te podías haber ahorrado todo este circo. Yo he hecho lo que siento si tú sientes cambiarme por él te animo a seguir conociéndolo fuera", le decía Montoya. Montoya abandonaba la hoguera y se cruzaba con Manuel, dando lugar a uno de los momentos más cómicos de la edición pues ni se miraron a la cara.
El tentador se reunía con Anita y esta le comunicaba que había decidido irse con él para seguir conociéndose fuera pero la cara de Manuel ya indicaba que algo no iba bien. Tras escuchar las palabras de Anita, Manuel tomaba su decisión: "Voy a abandonar 'La isla de las tentaciones' solo. Pero quiero decirle que fuera lo voy a intentar, creo que es un momento en el que tú tienes que sanar muchas cosas. Yo también tengo que aclararme bien la cabeza, no quiero jugar con el corazón de nadie. Me ha demostrado que puedo recuperar la ilusión en buscar una pareja. Pero en este momento quiero abandonar solo". Final épico para una relación tormentosa.