La pasada noche del 31 de octubre se hacía historia en 'Gran Hermano', pero no precisamente por algo positivo. Por primer vez en los 18 años de emisión del reality show el presentador tuvo que viajar hasta la casa de Guadalix de la Sierra para intentar mediar en la convivencia entre los concursantes tras varios enfrentamientos en los que los descalificativos y actitudes agresivas estaban poniendo al propio concurso contras las cuerdas -produciéndose incluso una campaña de complot en las redes sociales-. Aún que los concursantes no pudieron ocultar su emoción al ver entrar al presentador por la puerta de la cocina, rápidamente la actitud fue mermada por Jorge Javier Vázquez.
"Vengo a contaros dos cosas: una muy buena y otra muy mala", comenzaba el discurso del presentador: " El programa lo está viendo muchísima gente, nos estáis haciendo trabajar muchísimo", decía mientras los VIPs rompían a aplaudir por la grata noticia. "Pero tiene también una parte mala y es que a vosotros os pone una responsabilidad muy importante: cualquier cosa que suceda aquí fuera tiene muchísima repercusión. Cualquier gesto, cualquier palabra, cualquier actitud todo se multiplica", intentaba deslizar el presentador una referencia las últimas peleas que se habían producido entre Asraf y Ángel Garó donde los comentarios racistas y los insultos tuvieron un fuerte peso.
J.J. Vázquez: "Hay algunos colectivos que se pueden sentir ofendidos"
El presentador quiso transmitir, evitando dar mucha información de exterior, la repercusión que pueden generar esas imágenes y por las que tantas críticas están recibiendo -afectando incluso a las cotas de audiencias-: " Eso puede llevar a que se producto un efecto imitación o de homologación, y nosotros no podemos aceptar algunas de las cosas que pasan aquí ", haciendo alusión directa a los comentarios anteriormente mencionados: "Hay algunos colectivos que hay en función de las palabras que utilicéis se pueden sentir ofendidos".
Con un tono realmente serio, Jorge Javier Vázquez intentó reconducir la mala convivencia que está produciendo dentro de la casa de Guadalix de la Sierra: " La convivencia es complicada pero hay que tener claro que la base es el respeto ", y añade: "Se puede solucionar todo de forma distinta a como lo hacéis". Y para terminar la reprimenda que mantenía a todos los concursantes totalmente callados y atónitos a lo que oían, quiso darles un último consejo que afectaba directamente a los propios concursantes: "En un programa de televisión quedan grabadas y registradas. Y vosotros vais que a quedar en la memoria de la gente por el tipo de concurso que estáis haciendo ". Ponía así fin a un momento nunca antes visto en el talent show con la finalidad de solventar una crisis que está volviendo a poner en duda la permanencia de este programa en la parrilla de Telecinco después de un corto tiempo sin emitirse.