Los concusantes de 'Acorralados' están tan cómodos en la Casona asturiana que han hecho algunas confesiones muy personales al resto de sus compañeros. Si primero fue el noviazgo de Sofía Cristo con Nagore y luego el divorcio de Antonio David y Rocío Carrasco, ahora le ha tocado el turno al pasado más oscuro de Brenda Cerdá.
La acorralada más pija ha mantenido una conversación con Antonio David en la que, ignorando totalmente que en los platós de Telecinco se está debatiendo sobre su pasado sexual, ha confesado que se dedicaba a bailar en barra y hacer películas porno.
La ex tronista de 'Mujeres y hombres y viceversa' ha relatado cómo, junto con una amiga, un buen día cogió toda la ropa de su armario, la metió en una maleta y "echamos a correr" con dirección Barcelona. Las jóvenes allí comenzaron a ganarse la vida "bailando en barra y haciendo películas porno".
"Estábamos metidas en una mafía de rumanos. Ella (su amiga) me sacó de allí y llamó a mis padres ". Una noche su amiga la despertó y le dijo que hiciera la maleta que su madre la estaba esperando para llevarla de nuevo a casa.
Ahora Brenda quiere cerrar esa parte de su pasado y empezar una vida nueva mucho más sensata y centrada. "He sido superfiestera, he tenido dinero y lo he derrochado. He pagado unas fiestas a mis amigas bestiales. He hecho tanto el gilipollas que creo que ya está bien, debería centrarme".
Unas confesiones que darán mucho de qué hablar después de que salieran a la luz unas fotografías en las que Brenda Cerdá aparece practicando una felación a un joven de raza negra.
Por el momento la concursante continúa disfrutando del reality, trabajando poco, pero tomando mucho el sol, ajena a todas las declaraciones que se han hecho tanto por parte de su familia, como de su novio Gerard y su expareja y actor porno Max Rajoy.