La última entrega de 'Mi casa es la tuya' ha tenido unos invitados más que especiales. Se trata de los protagonistas de 'Perfectos desconocidos', la última película de Alex de la Iglesia. Dafne Fernández, Pepón Nieto, Juana Acosta y Ernesto Alterio, han sido los encargados de abanderar el filme en el programa de Telecinco. También participó Belén Rueda, aunque por motivos de agenda tuvo que hacerlo por teléfono.
Aprovechando la ocasión, Bertín logró sacar algún que otro secreto a sus invitados, como que ninguno de ellos se atrevería al 100% a dejar su teléfono móvil a su pareja, aunque algunos, como Dafne Fernández, afirmaron tener todas las claves del otro. Aunque afirmó y reafirmó que nunca ha hecho uso de ellas.
Sin embargo, sin verlo y quererlo, Osborne fue el que acabó protagonizando la guinda del pastel. El tema salió a colación de una llamada de Terelu Campos al presentador, a lo que Dafne murmuró por lo bajo: " Tu ex ". Lógicamente, la coletilla de la actriz le llegó de sorpresa a Fabiola, que enseguida cambió la cara.
Teresa Campos y sus hijas de visita en 'Mi casa es la tuya'Casualmente, la periodista llamaba a su antiguo amigo para pedirle que aclarase los rumores sobre una supuesta relación entre ambos, rumores que saltaron después de la emisión de 'Mi casa es la tuya: Teresa Campos', donde ambos dieron a entender que en su juventud habían pasado mucho tiempo juntos en su finca de Sevilla. " Me está llamando todo el mundo para preguntar si estuvimos juntos ", se escuchaba decir a Terelu, a lo que Bertín respondió rotundamente: " Pues coño, di la verdad, di que estabas en mi casa con un noviete que tenías ".
El verdadero novio de Terelu
Al parecer, la colaboradora de Sálvame mantuvo una relación en el pasado con un íntimo amigo de Bertín Osborne, el cual vivió un tiempo en la finca de Sevilla del presentador. Fabiola, que poco a poco va desarrollando sus dotes de periodista, se interesó por saber quien era esa enigmática persona, pero Terelu no quiso soltar prenda y menos después de saber que los comensales estaban jugando a un pasatiempo atrevido y peligroso: poner los móviles sobre la mesa y enseñar a todos los participantes las conversaciones que se mantienen con el teléfono.
