Justo en ese momento las cámaras del programa enfocaron a Rodrigo, que había ido a acompañar a su novia. La presentadora del exitoso programa de las tardes de Telecinco animó al madrileño a entrar en el plató y así poder hacerle unas preguntas. El tercer finalista no lo dudó y se sentó muy cerca de Bea. Paz Padilla preguntó a la pareja donde estaban viviendo y la ganadora de 'GH' afirmó que se había mudado a casa de su suegra.
Una de las preguntas a las que tuvo que hacer frente Rodri es a la de si le daba miedo que el concurso cambiase la forma de ser de su novia. El tercer finalista respondía muy seguro: "Sí tenía miedo, pero la verdad es que estamos genial. No hemos discutido en ningún momento y tenemos a nuestras dos madres viviendo juntas en mi casa".
La entrevista no solo se centró en la historia de amor de la pareja. Los colaboradores de 'Sálvame' preguntaron a Bea qué tenía pensado hacer con el dinero que había obtenido al ganar el concurso. La valenciana totalmente convincente respondía que iba a pagarle la casa a su madre para que así pudiese volver a España, ayudaría con la idea que tenía su compañero Alain de donarlo a un comedor social y además también cedería una parte a los niños con cáncer.
Adara hasta en la sopa
Una de las expulsiones que más sorprendieron al público en las últimas ediciones de 'Gran Hermano' fue la de Adara. La madrileña comenzó el concurso siendo muy amiga de Bea y Rodrigo pero poco a poco se fueron distanciando hasta llegar a ser enemigos. Belén Esteban preguntaba a los dos concursantes qué les parecía Adara. La ganadora del reality rápida y veloz contestó que la calificaría como "penosa" mientras que su novio, mucho más prudente, optó por utilizar la palabra "indiferencia".