No es habitual ver a Barranco mostrar sus sentimientos y romperse de una forma tan dolorosa, aunque lo cierto es que poco a poco se han podido ir viendo los sentimientos más profundos del tronista. El concursante comenzaba por la culpa y tenía claro qué era lo que le atormentaba: "Me siento con culpa por la última vez que ingresaron a mi abuela en el hospital. Mi madre iba muchísimo a verla, estaba todos los días con ella y yo no estuve el tiempo que tenía que estar visitándola y al lado de mi madre como se merecía".
"No lo hice ni mucho menos porque no ame a mi madre o a mi abuela, simplemente lo hacía porque suficiente dolor tenía mi madre por ver a mi abuela como la veía para verme a mí destruído y transmitirle aún más pena. Me siento con la culpa de no haber ido. Quise hacerme daño por dentro por no hacer sufrir más a mi madre. Sé que mi madre no me lo tiene en cuenta pero es una espina que tengo clavado. Me hubiera gustado aprovechar más el tiempo con mi abuela y en los últimos momentos de vida tendría que haber estado ahí. Ella me ha dado todo lo que ha tenido en su mano para verme feliz", decía el concursante completamente roto.
El divorcio de sus padres, punto clave en su vida
Además, respecto al arrepentimiento también lo tenía clarísimo: "No haberles demostrado a mis padres lo que les quiero. De pequeño era una persona muy pasota, siempre he hecho y deshecho como he querido. Me arrepiento de no haber estado a la altura como hijo con mis padres". Finalmente, pasaba al perdón y Barranco hacía una petición familiar: "Me gustaría que me perdonaran en ese sentido. Cuando vuelva a España quiero que dé todo un vuelco. Quiero pedirles perdón y decirles que estar aquí me ha hecho darme cuenta de la suerte que tengo. Me encantaría que mis padres pudieran, en la medida de lo posible, ir a cenar conmigo y con mi pareja. Es algo que llevo muchos años echando de menos, cenas en familia".