Para la vedette lo que se dijo en el plató de Telecinco durante la emisión no fueron más que "ataques muy feos, muy desagradable y con mucha maldad y mucha mentira", sin reparo alguno a señalar cuales. Juan Luis Galiacho y Ángela Portero aseguraron que Bárbara Rey mintió sobre cómo llegó a Madrid, que lejos de hacerlo en compañía de su padre para cumplir su sueño lo había hecho gracias a Peret, quien le había alquilado un piso en la capital: "Eso es, lo primero, mentira y, lo segundo, llamarme prostituta", dirigiéndose especialmente contra la periodista: "Y se lo apostilló la Portero, toda ella encantadora, muy guapa, muy bonita, muy simpática, muy creíble. Es muy cómodo desde un plató en el que tú no estás el machacarte".
Y es que la tanto Ángela Portero como Sandra Aladro -y la asuente Paloma García Pelayo, ahora colaboradora de Antena 3- tienen relación con otro enemigo en la sombra de Bárbara Rey, Álvaro García-Pelayo, exmarido de Portero, ahora marido de Aladro y hermano de Paloma, quien es el actual representante de Ángel Cristo y del que se dice que ayudó a vender las famosas fotografías de Bárbara y el Rey Juan Carlos besándose a la revista Privé: "Diga lo que diga la Sandra esta, Aladro, puede ser toda la historia de España que tú quieras, puede ser historia que yo he podido chantajear al Rey, pero que salga a la luz, no. Puede ser historia que yo le he grabado y he hecho fotografías, pero no que tú las utilices para tú llevarte un porcentaje con tu marido que es el que representa a mi hijo".
Ante todo esto panorama, Bárbara Rey acabó esta primera intervención lanzando un claro mensaje a todos ellos: "Les quiero decir a estos colaboradores que yo no voy de víctima. Yo soy víctima de muchos hombres en mi vida, de mi marido, de mi hijo, pero el que yo sea víctima no quiere decir que yo me considere tal".
La respuesta de Sandra Aladro
Sin duda la respuesta más esperada era la de Sandra Aladro, no solo por alusiones a ella, sino también a su actual marido: "Esto no es una cuestión de porcentajes, es una cuestión de periodismo. De una manera rotunda y definitiva le hemos puesto nombre y apellidos a un chantaje que ella había negado durante 30 años con datos, testimonios e información veraz y que, gracias a ese trabajo, no ha tenido más remedio que confirmarlo", sentenció la periodista.