Los dos presentadora de televisión trabajaron juntos casi veinte años atrás y de nuevo se han visto en un plató de televisión.
Por fin ha tenido lugar uno de los momentos más esperados del estreno de 'TardeAR', el nuevo espacio de Ana Rosa Quintana en Telecinco después de que se haya pasado a las tardes de la cadena. Días atrás se había conocido que la presentadora iba a contar en sus filas como colaborador con Antonio Hidalgo, con el que tuvo el placer de trabajar casi veinte años atrás.
Ahora los dos presentadores se han reencontrado y se ha convertido en un momento muy especial para ambos. Las cámaras del programa han grabado el momento en el que Hidalgo ha llegado a los estudios de Telecinco, y poco después se le ha podido ver entrando en el plató. Ha sido ahí cuando Ana Rosa Quintana se ha levantado de su asiento para ir prácticamente corriendo hacia él y lanzarse a sus brazos. Este momento ha sido muy emotivo y especial para ambos, es más, ninguno de los dos ha podido contener las lágrimas. "¡20 años has tardado!", gritaba Ana Rosa Quintana nada más ver a Antonio Hidalgo entrar en el plató de 'TardeAR'. En este abrazo él la ha levantado levemente del suelo y los dos se han mirado recordando el cariño que se tienen desde hace tanto tiempo.
"Vamos a llorar los dos", decía Ana Rosa Quintana, e Hidalgo añadía: "Perdonadme la emoción, ha sido verte y me he acordado de que en el año 99 más o menos, una noche salimos y me pediste 2.000 pesetas". Estas palabras han despertado la risa del público, y decía, con tono bromista: "Ha cambiado de pesetas a euros, he calculado con el IPC y me debes como 12.000".Una amistad en la distancia
Por otro lado, la presentadora nunca ha perdido el contacto con él, pero sí ha contado que en todos estos años se han visto poco porque Antonio Hidalgo se marcó a Murcia. "Nos hemos visto poco, alguna vez, bueno cuando estaba mala me vino a ver, tampoco ha venido mucho. Le sigo en Instagram, que es muy mamarracho", ha comentado, así que ahora podrán recuperar el tiempo perdido y tendrán el gusto de trabajar codo con codo.